jueves, abril 21, 2005

Y punto...

Lucía Fernández


... Señal de dimensiones apenas perceptibles que por combinación de un color con otros o por elevación y depresión; se forma natural o artificialmente en una superficie.



Siete garabatos bidimensionales,
veinticuatro bosquejos acromáticos,
cinco cuadros texturados,
dos murales con dominancia de colores cálidos...
Y nunca resolví la búsqueda
de mi punto central.



Erosión eólica



Cuando se pronuncian,

las palabras son el soplo

que determina mi forma.



De oficio equilibrista



Desde chica admiro los circos,
y pensé que lo haría eternamente...
Pero empieza a aturdirme
la insistente idea de suponer
que mi vida pende y depende de un hilo.



Juego de mesa



Mis algunas aptitudes
se desvirtúan en mis actitudes
y me arraigo al desatino
para evadir el destino.



Buenos Aires



En el centro

los edificios degluten veredas…

Hasta tanto no sepa

de qué sienten apetencia,

estoy ciertamente preocupada.





Santa Fe



Voy a rezarle a la virgen

del cordón umbilical,

para que alargue y desvíe

un poco el centro.

Me cansé de que la gente

viva mirando su ombligo



Alfabetización




Es preciso instruirme a diario

para sentirme una ignorante periódica.





Intención




El color de su voz

tiñó de verde

la palabra gris.



Con gestos maratónicos

la conciencia atenta

y signos de admiración

hay que huir de la mediocridad



Inconsciente


La eterna frescura
se cuela por debajo de la puerta
congelándome las plantas de los pies,
la oscuridad de las tardes
invade las curvas de la cerradura,
la insistente bruma
avanza entre los huecos de las bisagras...
Me gusta distraerme
del otro lado del invierno,
pero es otoño,
y olvidé salir.

IRREVERSIBLEMENTE ESCRITO

Por Ricardo Zanfardini

No voy a escribir un poema; eso seria violar la sabiduría del olvido.
No voy a descubrir palabras; revelaría en ellas mi mayor herida.
No voy a dibujar letras para demostrar los signos de mi pasión por lo posible.
Me amputo la voz
Y me otorgo un silencio.

1

Me duele este dolor de no saberme
Esta llama consumida por si misma.
Me duele ser hoguera
Alimento del extinto fuego.

2

No se de mas ausencias que mi cuerpo;
Un exilio que de mí
Fue cayendo y callando y cayendo.
Nada en el lugar del hallazgo
Nadie que me encuentre.
Solo;
Un espejo devuelto en piel.

3.
Nada mas que silencio
Nada.
Solo el tiempo como cristal
De ayer
De risa
De noches.
Solo el tiempo como cristal
Añicos decorosos
Ajados reflejos
Y nada.
Nada.

4

De nada
Preguntarme todo
Desear saberme
Saberme al contestarme.
Sigo siendo un exilio
Algún dolor
Orillando las dudas.



Lineal del miedo.

Cuando se vuelve destino
Lo que se besa
Se abraza;
Me consiento y me reniego
Me busco callar y me apropio;
de letras
palabras que me fecundan
me escapan
me dan un nombre que no nombro
y es ser nadie
y clausurarme.

Estar

1

Un lugar donde resida la promesa
Donde se revista la duda
Se consienta el sentido
Se nombre el vacío
Se calle
Un lugar.

2

El decirme:
Yo
Y caer
Reconocido.

3

Este instante
Si voz y la mía
Enmudecidas de silencios.

Irrepetible silicio
Solo transparencias
Luz,
Extenuación
Deseos de perpetuidad.

4

Y la hondura
O el misterio de mis ojos
Callados,
Dolientes,
Ardidos de ver lo que no se ve

Atónitos y perplejos
Visualizan el olvido.

5

Cerré los ojos;
Todo era gratuidad.
Calle la voz
Todo era ruido.
Borre mi memoria
Lastimosa
Absurda
Y me sentí vivo.