domingo, julio 17, 2005

LEANDRO PINKLER


“Qué es por tanto la Filosofía, sino la labor crítica del pensamiento sobre sí mismo. Y si no consiste, en vez de legitimar lo que ya se sabe, en tratar de saber cómo y hasta dónde puede ser posible pensar de otro modo”
FOUCAULT

Fuera de todo concepto académico, qué es para Ud. la filosofía?.

La Filosofía indaga el lugar del hombre en el mundo Esta idea viene de la Filosofía Tradicional de los antiguos, de la concepción medieval. Esta es la Filosofía en el sentido más amplio; de las “Sofías” perennes. En este sentido los contactos entre oriente y occidente son muchos ; también está una filosofía moderna que tiene que ver mucho con la dimensión del sujeto y del problema. hoy remanido , del sujeto cartesiano. Una construcción de la filosofía que no es que se excluya de la primera aunque la otra es lo suficientemente más amplia como para incluir el tema.

Sócrates decía que “la vida reflexionada es la única que vale la pena ser vivida”. ¿Tiene utilidad la filosofía en lo cotidiano?

La vida sin indagación no es vivible para el ser humano, esa actitud es la esencialmente socrática. Habla precisamente lo que en el mundo antiguo significaba el cuidado de sí mismo, el cuidado del alma. Toda concepción de que en realidad la filosofía tiene que ser una atención que uno le pone a sus sentimientos, a sus pensamientos, hacia sus deseos. En este sentido la filosofía supone una integración; como se entienden académicamente las cosas se puede tener conocimiento de algo y ser un cretino, el conocimiento no supone la integración del ser humano.
En el mundo antiguo la verdad de la filosofía suponía una integración que desarrollaban en la vida práctica.

¿En qué lugar cree que se juntan filosofía y religión?

La intención por parte del libro La religión en épocas de la muerte de Dios es mostrar una aproximación de una intelectualidad que invita a conocer más de los símbolos tradicionales, más de las tradiciones religiosas. Hay toda una moda cultural que es preponderante de las últimas décadas que descalifica a la religión como opio de los pueblos, como el porvenir de una ilusión. Si uno, por el contrario, estudia las religiones se ve que más que una ilusión tratan de hacer encontrar al ser humano con una realidad: la realidad de su ser en el mundo, el misterio de la vida, pero no en el sentido de algo inalcanzable, sino con ciertas condiciones básicas que se nos presentan continuamente y con las cuales tenemos que tener una relación profunda.

¿De qué hablamos cuando hablamos de fe?

En Occidente, después de fines del medioevo, se separó la razón de la fe, quedando así como cosas contrapuestas. Hablar de fe supone algo contrario a la buena razón, sin embargo las construcciones más profundas del judaísmo, del cristianismo, del Islam, y del contacto de éstas con el budismo, el taoísmo, etc.; nos hablan de distintos grados de conocimiento; que no hay tanto una razón que toma la fe, sino una razón que en occidente ha sido circunscripta, delimitada; y que, los símbolos del mito y la religión sirven para abrir esa razón.
Los símbolos de la religión vienen para ampliar el dominio simbólico de la comprensión y la filosofía no tiene que ser necesariamente un rival de la religión, por el contrario.
Filosóficamente, en todo lo que es el Islam se incluye un pensamiento riguroso y riquísimo – como el de Averroes, Avicena , Al Gazali - que se mueve dentro del marco de la tradición religiosa convirtiéndose en una filosofía que tiene enorme voz.


¿Vivimos en una sociedad inmanente, pensada o nos acercamos más al nihilismo?



La idea de nihilismo la entiendo como categoría efectiva para describir muchos dominios de las sociedades actuales occidentales, en el sentido de que es justamente la falta de un horizonte mayor que les de sentido.
En el nihilismo los valores supremos se desvalorizan produciendo una nivelación para abajo en la cual la economía es el valor más alto, o el único valor efectivo .
El tipo de filosofía liberal termina siendo nihilista. Se habla de una libertad de los individuos que no es más que una libertad de los mercados .

Con respecto a creer en lo divino, ¿no considera que esto puede ser por las carencias de lo terrenal?

La idea de que lo divino es una proyección de las carencias humanas es la idea reductiva que tiene sus vislumbres en los sofistas griegos, que dan a entender lo divino como una proyección de lo humano. Esa es la mentalidad del hombre moderno. En realidad muchas veces se ha vivido lo divino en falso y se ha convertido nada más que en una compensación de las propias miserias, pero en el mundo antiguo como en el oriente, lo principal es el Cosmos o lo Divino, el hombre se inserta ahí. Hay una sacralidad de los aspectos más intensos de la vida, que la potencian y dimensionan mostrando la riqueza infinita de las posibilidades de la experiencia.
En el hombre contemporáneo, su mentalidad lo lleva necesariamente a entronarse en un lugar desde el cual no hay nada por encima de él, y queda encerrado en una masturbación bastante aburrida.

Dieciocho ensayos reunidos en el libro, distintos pensamientos. ¿Qué lineamientos los une?

El libro trata de dar una mirada en “calidoscopio”, desde distintas perspectivas, esa fue como la intención: reunir diferentes miradas, posicionamientos existenciales, sus deseos, sus interpretaciones. Lo que intentamos es que estos posicionamientos sean legítimos, apoyados por un conocimiento, por un camino de búsqueda. Por ejemplo yo lo incluí a mi maestro de Aikido, Masafumi Sakanashi, que no es un intelectual, pero es una persona absolutamente conciente de los problemas de la religión porque su práctica es de una búsqueda del interior del ser humano.
La idea en “La religión en épocas de la muerte de Dios” fue poner un tema con mucho dinamismo intelectual, buscando un punto de encuentro donde este tema en cuestión no sea siempre el mismo. El postmodernismo, no en su totalidad estética, ha circunscrito las miradas. Ha pesar de hablar de las muchas voces, hay ciertas cosas que no entran en las miradas de los pensadores habituales y el libro tiende a eso: abrir el juego.

¿Estamos en épocas de la muerte de Dios o puede ser ésta la metáfora de una estrepitosa muerte de la fe?

Yo creo que no es distinto. La idea de Nietzsche ahora tiene un sentido técnico, quizás más específico; tiene que ver con la falta de credibilidad del Dios judeo-cristiano. La noción de la muerte de Dios en el sentido más amplio, lo que comúnmente se llama desencantamiento del mundo habla más bien de una falta de horizontes, una falta de una perspectiva más amplia y mayor donde todo se entiende sociológicamente y psicológicamente convirtiendo los planteos en algo bastante asfixiante. Por el contrario lo que llamamos la Sophía perenne siempre va a mostrar un universo amplio donde el ser humano no es más importante que el amor de Dios.
Las miradas actuales se mueven en un registro pequeño y las antiguas presentan un registro mucho más rico en ese sentido.

Hay una insistencia en el libro de hablar de las tradiciones religiosas, pero no como una acción mercantilista de elección. Se habla de cuestiones colectivas, de vacíos colectivos y de trasvisiones, que también son colectivas; la idea es justamente ver en qué lugar nos encontramos hoy.

Pensar la religión, pensar un Dios, ¿no es hacerlo desaparecer?, algo como dejar de creer en lo intangible?

“La religión no se piensa, no se puede pensar “esto lo dijo García Bazán en un seminario en Chipre. Si se la piensa se la convierte en una aventura intelectual o en una masturbación intelectual. Pensar de alguna manera es abrir la mente, es escuchar al otro, es algo que nos está hablando; ¿qué pasa con esto dentro nuestro? Pensar es ver las cosas y abrirse a otros significados.
Evidentemente tiene que ver con lo que los custodios de las tradiciones religiosas han hecho con ellas. Joseph Campbell, un gran pensador, ha dicho “la función de la religión es abrir el corazón del hombre”.
Y habitualmente esto se ha olvidado para convertirse en una burocracia que deja todo esclerotizado, sin misterio ni verdadera trascendencia. El corazón es el órgano para ver lo sagrado .El ver y no ver es una metáfora, tiene que ver con como abrimos nuestra sensibilidad y en ese abrirse tengo que pensar una dimensión ética mas profunda, no de moralina, sino desde una proyección que es el verdadero concepto de la religión. Eso es lo que se llama abrir el corazón. Es una proyección que el ser humano cultiva y se la puede trasmitir a otro.

Cielo Razzo



Inician su discografía con “Buenas” que genero un crecimiento impresionante para la banda. Más tarde “Código de Barras”, su segundo trabajo discográfico, los lleva a recorrer todo el país con infinidad de presentaciones. El turno de MAREA, la tercer placa del grupo, los consagra como una banda sólida que se dirigen hacia un éxito seguro.
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