Escolios Geográficos.Poemas
de Ricardo Zanfardini
Coro: Diosa Atenea; Qué morada dices tu que tendría yo?
Atenea: Una donde jamas hallaría asiento el infortunio.Acéptala pues.
Coro: Y prometes que así será en todo tiempo?
Atenea: Yo no prometo jamás lo que no he de cumplir.
Las Euménides. (Esquilo)
Introito
El camino detrás del instante en que hoy estaba, adquiría de pronto la forma de un atajo y volvía a cruzar la avenida de su vida.
Hubiese querido en más de una ocasión no ver la señal de cruce, pero como no cruzarlo era detenerse, se sumergía en una senda sinuosa creyendo que lo necesario era una recta final.
Siempre así y todo volvía a ese primer instante.
De pronto creyó lograrlo, en la recta todo era claro, seguro; ya no miraría hacia atrás y solo era cuestión de lanzarse hacia delante.
Hasta que llego a un puente y se encontró mirando su vida desde arriba. Estaba ahí; tendida en el lecho del río, seca, aparente, sin opciones, lisa como una cinta de asfalto, sin sobresaltos.
Miro hacia todos lados. Lloro, rió, maldijo y no pudo encontrar la razón de tal descontento.
Entonces su visión se alejo de las rutas, caminos, atajos, sendas; cargo en su mochila la vida que le cabia, se lleno de esperanzas para recorrer los caminos del azar y sintió que no necesitaba más que un desconocido camino.
Alejandra Martínez Vázquez.
YO SOBRE YO
" Me fui menos mortal de lo que vengo/ustedes estuvieron/yo no estuve/por eso en este cielo hay una nube/ y es todo lo que tengo" (Quiero creer que estoy volviendo; Geografías) M. Benedetti.
I
Creí saberlo todo;
saberme todo de mí.
Pero no: primer error.
No saberme nada: IN-IDENTIDAD.
Fui buscando indicios;
herido como la madreperla por arenas.
Me fui sabiendo
y dude de conocerme.
Participe de todas las meditaciones y mezquindades de lo que había de ser mi vida; pero no logre hacerlo con determinación. Me sentí enfermo, me surgí desde la locura: un ataque de cualquier otra cosa; propiamente mío, igualmente humano. Creí saberlo todo, me nací ignorante.
II
Quebré todas barreras;
cristales,
espejos,
sangrantes secretos,
ventosas raíces arrancadas de mi lecho.
Era yo vuelto en imágenes;
reflejos vacíos,
respirar de espinas,
palpares de tibieza.
Una a una fueron cayendo
en instantes devorados por lo incierto.
Instalado en un rincón de la memoria: yo niño; preguntándole al silencio por su voz. Yo adolescente; carente, catástrofe de mí y de dudas (niño aún herido). Yo transición; de mí y mis certezas (claros errores).
Instalado en un rincón: Yo adulto; hablando con la voz de mi silencio, revisando los errores, transitando mis dudas (Niño aún con la suma de los años y las marcas de la piel)
III
YO sobre Yo;
paralelo inocuo.
Sobre mi: TODOS
y todos mis otros.
Me ignoro, tiemblo pálido
ante mis sombras y sus trayectos.
Apago el fuego de mi luz.
Yo, inerte protagonista
de un film mudo que me reclama.
Las calles me caminan de regreso, suenan campanas frescas, aromas que conozco. La puerta de casa, los ladrillos. Siempre pendiente aquel rincón que lloraba mis miedos. De pronto el verde sumergiéndome en el patio donde habitan mis primeros intentos de ser lenguaje. La ventana regalándome una brisa azul, durmiendo en una tarde con olor a violín. Y mi llegada: Yo, por debajo de todo lo dicho y todo lo visto.
IV
Aunque nunca me alcance
correré tras de mí.
Detendré los pasos inseguros,
no frenaré los aquí y los ahora.
Con esta misma sangre
regaré mis prados de silencios,
contemplaré los enigmas,
Todos;
los que no fueron hallados
los que no sirvió hallar.
Descubrirme, solo eso,
en la esfinge de mi primer muerte.
Escape de esta muerte: él descubrirme. No había espacio, no era el lugar. Algo de lo que era volvió conmigo: Yo foto de algunos ayeres: bebe - madre, niño- madre, adolescente partido en el nombre de mi hermano, en los ojos de mi hermana.
Yo película de hoy: adulto - madre - hermanos; necesidad de ellos sin mis otros, con los otros.
V
Nacerme; parirme en cada útero;
con la misma sangre, la misma
que aúlla desde siempre por mis venas.
Yo no soy mas que una mirada,
una noción a destiempo,
alguna palabra.
Solo un caminante de la letra,
buscador de signos y respiros.
Escribí tanto mi nombre
y el dolor es no poder decirme.
Mi yo, como mi palabra, me rebasa, me sucumbe y no me basta. Intento completarme y descubrirme. Pero no sé de esperas; mi palabra se va y no encuentra la que vuelve.
Convivo con un lenguaje que me hace escuchar vientos de voz, contemplaciones y reclamos. Descifro un arte infinito de silencios, un tiempo que me cabalga con oscuras riendas. Esclavo soy de cada momento.
Dejaré transpolar los tiempos, virtual pasado que se contrapone a un futuro incierto y entre ellos me nace la sombra comprometida del presente.
SOBRE LA VOZ
"Quién me oiría entre la jerarquía de los ángeles si yo gritara?
y supuesto que alguno de tomase de pronto sobre su corazón:
Perecería yo por su existencia mas fuerte?
(Primera elegía de Duino) Rainer M. Rilke.
I
Pensamientos no dichos vienen a buscarme;
el viento es viento disuelto en aire,
la finitud de lo imposible se desgrana en polvo.
Encierro la voz en una definición: YO;
ser desnudo - ser aparente - ser otro.
Ser cuerpo impuesto y mente dormida.
Busco el agua que es agua porque moja;
pero no es motivo para ser.
O ser para este fuego, fuego porque quema
motivo no es. Es el no motivo;
la tierra y su pertenencia: la quietud.
Inmóviles están mis palabras,
palabras que inmóviles están calladas;
perfiles monosilábicos, absurdas repeticiones.
Es mi voz, en voces.
Voz mía: volcán de letras escarlatas;
seres mágicos - seres dormidos - seres muertos
vienen a buscarme en las palabras que callo.
Un primer sentido: la voz. Llamarse a ser voz y en la voz un habitante, expeliendo el sonido que al eco vuelve buscando dueños.
Volver a la voz que llama; no saber quien es pero reconocernos existencia por ser nombrados. Acudimos al espejo para que nos devuelva a nosotros: reflejos nuestros asistidos por la voz ausente.
II
Un grito abarca el vacío
y vacío el grito abarca;
uno no es sin el otro.
Lo dicho que no: el grito.
El vacío aquí es silencio
y el silencio dice más.
Lo no dicho: Nada (¿?)
Nadacracia: opción global;
gobierno de permanencias.
Todo es un sonido inarticulado;
abarcativo - subversivo - gris.
Grito y ruido: Nada.
Palabras proferidas en la violencia
que nada es y todo abarca.
Ruidos, gritos, insoportables gritos; voces que al habla no dicen nada. Se hizo la palabra y las voces callaron, por cobardía o miedo de escucharse: miedo a oír mi voz, un interior que promete culpas que no asumo.
Me abstengo del ruido pero sus voces me inundan, golpean mi lateral hemisferio, pulen la mejilla, taladran la frente, adormecen los ojos, el occipucio celebra dando paso al vacío. Entonces me concluyo: todo el restante vacío de la mitad del cuerpo me lleva a otro lado; nuevo ruido, igual vacío.
III
La voz: un instante en el viento;
en sus ráfagas, dura nada.
Nada dura como el viento
en un instante de voz.
Es una carencia del sentido
o la razón que, por ser, nos carece.
Las voces instigan y provocan
inducen el momento de escuchar,
escuchar el ejercicio de la voz.
Que digo: dura nada
y es un instante en el viento.
La voz en mi voz y el eco en las voces (una quietud soberana en la multiplicidad). Una voz de la nada viene, la busco en el viento que se disuelve en aire. Como un ser, me llama para ser: ser celeste, espíritu borroso, nuevo principio.
Nos llama la voz a ser otros, otros yo multiplicados por voces que nos llaman a ser existencia.
IV
Aproximación a mí de la voz;
sin cautela, segura;
sabiendo mis miedos dijo: "No debes temer;
soy tu primer y ultimo fin,
tu llanto y tu alegría,
tu frustración y deseo.
Soy tus muertes y la vida,
esa, que engendras en palabras.
Cuenta tus días, recobra tus noches;
las que vienen a ti y las que dejas.
Enciende lo que has sido,
apaga lo que no.
Trae a la mente tu finitud,
trae en tu mente mi inmortalidad.
Yo rebasare tu nombre;
soy tu voz, tu prisionera.
Ahí la causa que por añadidura a la voz trae el efecto y el efecto que la voz trae en su hermosura: el silencio.
Silencio que anuncia el canto de pájaros angustiados, de libros vacíos (letras de negra nieve, palabras de ausencia proferidas; oraciones tribuladas en doctrinas que aborrezco. Párrafos de dos filos; la ausencia y el estruendo.
Ausencia que sobre mí ciñe en el pecho un hueco, estruendo que sobre mí funde la voz en el silencio.
Causa y efecto: soy; el que se vacía de rostros y sentidos en el intento de escucharse.
V
Hablo cuando hablo?
Qué mensaje encierro cuando escribo;
será que aquí encierro un mensaje
qué me calla cuando hablo?,
Una línea infinita que tribula:
el silencio - el miedo - el vacío;
la obra y la pobreza de mi obra.
Este aquí sin este ahora: este que soy;
el de los dos filos que en mi retiene un nombre,
niega a los otros y testifica silencioso
las ausentes doctrinas que fueron seguidas.
Cuando escribo hablo lo que callo.
Cuando callo escribo la suerte
que sin destino sortea mis días.
No existe ser sin voz, sin la protagonista que al sedere se afirma en su existencia.
La voz, real presencia aún en ausencias. Silencio; último destino del hombre ----- la quietud total.
La voz, la palabra; génesis por sobre el génesis.
SOBRE EL SER
" Ahora me parece que todo aquello que me rodea es una parte de mí,
que yo logre llegar a ser el todo finalmente"
(Italo Calvino; OP , Cit.p 168)
I
Adelantarme al ser que me concluye;
ya sin mirarme: caer en el tiempo,
ya sin sentirme: abusar de la letra.
Inverso velo por el instante catastrófico;
grito el silencio que me explora: las voces;
tardías, obscenas,
voces que desde la niebla
anuncia que allí estuve.
Escondido en el mana de la vida
las horas me sacrifican y aguardan.
Espero casi sin voluntad
la creencia de volver a creer;
creer: un lugar que me encuentre
cerrando círculos, abriendo destinos.
Otra no-definición: ¿qué es ser? ¿Qué encierra un soy? . Suponemos que todo es evidente por ser.
El sentido del ser (lo tiene?) es la pertenencia a uno sin ser esos otros que configuran todos los restos del pasado. La importancia radica en el hoy, una cuestión de tiempo: hoy soy, sin saber si seguiré siendo lo que ayer fui.
II
Ráfagas de ayer.
certera idea de confusión;
la vida y mis muertes enarbolan una batalla
que pierdo y rechazo.
Estruendo azaroso este mundo: el mío.
Yo por debajo de todo en el antes de este.
regalando orfandades y diversos cuerpos.
Era el otro: ser otro;
de labios azules
púrpuras libertades,
de confesiones que, en la hora ausente,
hacían de mí una sombra alambrada;
con restos de lo visto
silencio de lo oído.
Era el otro: ser otro;
envuelto en calendarios,
garantes del tiempo y del vacío,
días de ser y orillar la nada.
¿Tiene sentido la pregunta por el ser? Volver a la reiteración: ¿Qué es ser? ¿Ser es qué ? ¿Se es ser?.
La cualidad distintiva es la posibilidad de ser. Posibilidad que se da en el lugar que ocupamos: nuestro espacio, sitio de un ahí en conjunción con un ahora.
Ser es noción de tiempo, simplemente otro lugar, otra quietud.
III
Este ser sin estar;
manantial de dudas, disimulo de certezas
en tantas noches desiertas,
dibujando destinos galácticos.
Inventándome, yo inventándome.
¿ Habré crecido mas allá de los surcos de mi piel?
¿ Construí mi ser, el que aun no sé si es?
Navego mis voluntades;
todas las partes mínimas.
Nada me conforma;
en este ser no esta mi lugar.
Esta la presencia: Yo--- quién seré / será. Un séquito de dudas me suceden: Identidad?. Nuevas transmutaciones. La búsqueda de mi ser en mis naufragios. Me ahogo, mi memoria es una enfermedad, me duele inclinarme ante ella y saber que me olvida. Vuelvo al plano del sueño creo, ahí, ser.
IV
Tan cerca como una imagen espejada;
mirando, sumergiéndome en mi.
Mi ser siendo;
respirando entre palpares y espinas,
mutando en la gracias del estar;
sin el quizás permanecer,
sin el tal vez sobrevivir.
Criatura que acaece, agota
en la falta del hallazgo,
En este saber no estar:
quiero elevarme, volar
cerrar los ojos, volar;
tan lejos que no pueda encontrarme.
La posibilidad y mis límites, las disciplinas que me ocupan abarcan todos los lugares: la voz - la soledad - la tristeza - el amor -l os otros, estos yo, todas las muertes, idénticas libertades. Soy en mi desierto, arenas movedizas, silencioso estar.
V
Ser me confunde, me evade.
Me reencuentro siempre en el mismo sitio;
confrontando con nadie
en el encuentro de lo no encontrado.
Aúllo mi nombre en la planicie del silencio
para ser alguien en pupilas ajenas.
Ser es sueños;
frentes oníricos, infancia trasnochada.
Miro el enigma lineal de mi vulnerabilidad;
hay un sedimento divino: un silfo
poseedor de la respuesta que me calla.
Resueltas mis verdades descubro una razón: la negativa, no soy en mí, sino en los otros. Mi existencia se disuelve en otras existencias, en una conjunción de seres que me crean y recrean: En espacios y tiempos.
En mi existencia real: busco un sentido, alguna pertenencia para dejar el pasado; ese error que me enseño a provenir con reservas.
SOBRE LOS OTROS
¡ Aleja tu pico de mi corazón, aleja tu forma de mi puerta!
Dijo el Cuervo: ¡ Nunca Más!
"El Cuervo" (Edgard Allan Poe)
I
Construir con estos olvidos;
este misterio ajeno: mis otros.
Sin pertenencias ni anclajes
me sobrevienen horas catastróficas;
el tiempo con agujeros negros
se desliza en mis rupturas.
Otros miran, otros juzgan,
ríen - hablan - callan - mueren.
En cada marca hallo preguntas
que no quiero contestarme.
El olvido trae a la memoria otros que fuimos u otros que están, presencias que nos reinventan, nos espejan. Somos habitantes dentro de otros: terrenales exequias que regresan y me asombran. Los otros reflejos yoicos. Yo: Gestación de ellos.
II
Mis otros habitantes, otros yo;
singularizando los sentidos sin dolor,
polarizando los escrúpulos sin abarcar.
Mis otros huéspedes, otras miradas;
sepultándome en inmóviles imágenes,
en pasados que vienen en lo que no viene.
Ajeno este misterio: mis otros:
indefensos - temerosos - inseguros,
caníbales - asesinos - letales.
Ellos: abren un punto imposible de adivinar;
un tiempo fantasmal,
un tiempo cero.
Como en alineación infinita, los otros,
ingresan en mis lunas.
Son estériles las metáforas de entenderme en otro, en qué invento entenderlas?, En qué creencias aceptarlas?. Ser otro, en fin, es ser uno y sus errores; sus torpes transmutaciones, clonaciones equívocas de silencios que nos son propios. Consecuencia de mí: buscarme en los otros? O perderme de ellos?.
III
Debo ser otros o ninguno
y en ninguno ser los otros,
para creerlos en el invento
o inventarme en sus creencias.
Ser este que me falta
(evidente manifestación de mí mismo)
Soy: ausencia en sus palabras
y amante de sus silencios.
El riesgo; hacerlos reales,
caería en un mundo impropio
donde los fantasmas me superen
hasta dejar de ser yo.
En estas guerras destruyo murallas, aniquilo cada resto de la vieja piel (perturbada metamorfosis). Mudo de cuerpos y tránsito cosmos. En mis otros hay sentidos inventados, oscuros misterios, humeantes oráculos.
No puedo ser otro, sin ser en otros todos.
IV
Fuerzas cósmicas, casi minerales,
me arriman al disimulo;
al silencio artificial de aquel mañana
manifestado en este pasado.
Debo pactar con la tormenta
y encontrar causas a mi presente;
en el estrépito de los mares
o la mano sigilosa amante del papel.
Debo creer que soy los otros
y en los otros ser ninguno.
No vacilar, no lamentaré en vano abominar las miserias de mis otros, ni entregaré mis miedos a sus mascaradas. Será la ferocidad de mis manos que apuñale los lenguajes obsoletos. Y sé irán... los otros yo; los conozco y de nada sirve contenerlos.
V
Tercera década me asoma:
buscaré la razón libre de mi primer muerte,
descenderé hasta el mismo olvido
reteniendo la memoria que me carga.
Tengo pocas cosas contra mí
y cosas tengo que no llegan:
como el estímulo goloso de la voz,
el espíritu sagrado de mis rostros muertos;
como no llegan los rastros sacrificados ;
huellas de tinta y hecatombe.
Son tres que no llegan:
el otro yo: m mitad,
los otros yo: que me sostienen por partes,
yo: que pruebo ser fiel a este intento simulado
de ser otro y reflejarme.
¿ Quién pudiera encontrarse en uno mismo?, desandar el camino correcto o deambular por el carnaval de la vida sin las máscaras por otros impuestas. Vivir como sagrados los momentos bárbaros, sin arrepentimientos ni culpas.
¿ Siempre será ser otros? ¿ O los otros son temibles deseos de lo que nunca seremos?.
SOBRE LA SOLEDAD
"Pájaro/crucificado en sus alas/este no poder decirme/
callado/
en mis palabras/
esta sed de volcarme/todo/frente a nadie "
(Hugo Mujica)
I
Miedo: insoportable miedo;
a no hallar lo encontrado,
a encontrarme yo:
y no nadie.
Miedo a que mis huellas sean solo pisadas,
pisadas sin tránsitos ni caminos.
Destino nómade
vagabundeando estrellas.
Miedo. Insoportable miedo
a perderme en mis rastros.
Soledad, esa carencia necesaria, esa voluntaria compania que busca en el recuerdo acumular horas y otros destinos. Soledad de mares y Alfonsina de Alejandra y momentos tribulados en la muerte. Tan adversa, tan necesaria y abandónica: soledad.
II
Más se vuelca la soledad en su cercanía
y en la distancia mas se vuelca a mi.
Tormentas de horrores azotan mi estigma:
me atraen en consecuencias.
Pude no haber sido.
Puedo dejar de ser.
Quiero ser la huella de mí mismo;
surcarla sin suerte, ubicarme en ella.
Ser también el sueño que no existe;
tener la libertad de ser ausencia.
Dormirme, volcarme sin nadie,
lejos de mí asomado en indicios;
en los símbolos imposibles
de mis fraguados momentos.
Este lugar desierto: YO; tierra sin habitar, lugar de vacío y de búsqueda. Búsqueda de mi y mi recurrencia.
Riego mis parámetros; germinan limites, parapetos. Sigo; todo debe tener un sentido, todo obedece a algo.
III
Necesidad de que me vean;
así: en los cristales que me cubren,
en las paginas que me escriben.
Que me vean;
tan solo en las palabras
que disfraza mi lenguaje.
Tan solo en las letras
que semejan mis heridas.
Irme; partirme en razones. Convivir en la orfandad de mi cuerpo. Protocolarmente dormir el ritual del silencio que desde su esencia habla. Escucharme para creerme en esta isla que me habita.
IV
Ignoro dónde esta;
son demasiados los rostros y los rastros
que acompañan mis horas tempranas.
Mi temor es postergarme;
dialogar con mis ausencias,
encontrando en ellas el sentido
de sentirme acompañado.
Invento una melancolía que se siente por ser ausencia. Bailo con ella, danzo en sus velos. Pero nada sirve: desamparo y soledad. Diamante que se engasta en el silencio, volviendo a ser carbón, crustáceo de la roca, ocaso de la espera.
V
Tan lejos de todos
tan distante soledad.
Caigo en un abismo desesperado
por los hilos de mi memoria.
Esta soledad no me llora;
como eran entonces la gotitas de sal:
emocionadas y dolientes,
turbias y buscadoras de mí.
La soledad grita mis culpas:
no escucho,
no quiero oír.
Solo danzar su mudez.
Revivo como una llamarada tras un soplo de viento. Fuego. Se apaga el instante: nunca pude solo.
Restarme al mundo. Aun, después de romper todos los espejos y morir todas mis muertes, el cristal espejaba el aire que cubría mi rostro.
SOBRE EL AMOR
"Para siempre cerraste alguna puerta/
y hay n espejo que te aguarda en vano"
LIMITES (Jorge L. Borges)
I
Derruirme de mí;
callar la visión de mis ojos.
Accedo a su sitio: lugar que me revela.
Me ignoro. Me exaspero,
me descubro náufrago de un vergel
donde florecen mis días.
Ubicado, hallado, entregado;
rendido por palabras esenciales
me acuno en su ternura.
Presumir ante el amor y su necesidad. Tener ese indicio, esa señal de la voluntad que nos marca su llegada. Amando somos simbiosis: alma - cuerpo - yo - otro yo - otro. Amar la deliciosa llegada con júbilo vital, con irrevocable codicia.
II
Egoístamente humano
bebo su compania:
tenia sed de sus palabras,
sed de beber cada uno de sus aires.
No me asusta saberme así: entregado;
embriagado de su voz contenedora.
Beberme su compania.
Su sed: mi yo.
El miedo al amor no es más que su pensamiento. El miedo no es más que pensarlo y descubrir los errores de la otra mitad y son nuestros. El miedo al amor nos paraliza: no destruye--- Nos anochece en soledad.
La entrega rompe el cáliz del miedo y construye las alas de todas las ilusiones.
III
No tomaré precauciones;
quiero, como si nada,
caminar sus enunciados,
llorarle en los ojos su demora,
qué sienta dulzura en mis ausencias.
Cualquier instante será su brisa;
cálido aire envolviendo mi aliento.
Sin reservas ni artificios
del silencio a su voz.
Nunca podremos ser sin otro: seres amantes - seres completos. En la mortalidad trascendente de la vida, la razón es ser dos: unidad dual - severa unión. Ser patéticamente frágil ante el encuentro: vulnerable.
IV
La otra mitad, (el resto que necesitaba)
ante la imposibilidad desordenada de ser;
duerme su piel junto a la mía.
De una manera continuada,
casi imperceptible;
me acepto en sus caricias,
me guardo en la prosa de sus labios
y escribo en mis ojos la poesía de los suyos.
Este saberme fuera de mí, de todo,
este convocarme a un ritual olvidado
Que aparece ahora, en el parpadeo del alma;
lenguaje de cuerpos y palabras,
de bienvenidas promesas y adolescentes pasiones.
Como en el inicio la promesa:
pensada para siempre...
Nunca es para siempre una promesa, o sí ; la que del silencio nos convoca al olvido y el olvido es renuncia y la renuncia pérdida: carencia que en otro instante será necesidad. Todo es cíclico y concreto en los escapes de la vida.
V
Renuncio a la posibilidad de abandonarme;
desde un fondo que fue mío
emerjo ahogando las heridas.
Acudo a la cita de renacerme
sin más equipaje que el deseo.
Esto será para siempre:
los besos remolones,
las caricias al descuido,
el tiempo que no tiene tiempo,
las palabras que le huyen al silencio.
La posibilidad es la renuncia, pero no;
desde el fondo, aún, del lodo
se puede ver la superficie.
No saber definiciones, de académicas palabras que aconsejan verdades absolutas. El amor es como una indeleble cicatriz en el alma, el numen del poeta, esa alquimia que todo transforma o ese ensordecedor silencio del asceta. El amor es roca y dúctil arcilla que moldeamos sin saber cual será su monumental destino.
SOBRE LA TRISTEZA
"Detrás de los dolores y los vastos sollozos/
que cargan con su peso la existencia brumosa/
feliz aquel que puede con ala vigorosa/lanzarce hacia los campos dulces y luminosos
ELEVACION (Charles Baudelaire)
I
Descubro un pequeño suicidio:
la tristeza me anuncia;
absorbe el evidente néctar de mi caos.
Un mínimo suicidio;
estampe mi voz en el silencio,
sentí la vanagloria de los pájaros,
las florecillas cortadas al azar
y el río estáticamente dudoso.
Y llore, llore...
Por mi silencio, ese lugar,
que me alejo del mundo
Para siempre,
siempre para el silencio.
Sin saber que la ocasiona (o fingiendo no saberlo, que es un atajo) la tristeza nos aborda; disfraza de gris el contento y la euforia. No se puede reparar el daño, aunque pidamos permiso para borrar la marca.
No haber otro lugar. No quedar otro lugar. Entonces buscamos un sendero, un sitial para esperar el milagro.
II
Conflicto de pensar que hay una marca;
que se abre, me absorbe.
Ella se presenta:
"soy el hueco en el alma",
pero no sabe dialogar y la comprendo;
su mudez obedece a las heridas
que no deben ser halladas por nadie.
El fin de la tristeza es el olvido. La tristeza elabora lentamente los procesos ausentes ; esos carteles que indican curvas hacia la repetición de fracasos. La calma puede ser una fatal elección: la charada perfecta para fingir los escapes imposibles de hallar.
III
Fiel soy en un intento de olvido;
fiel por estar ausente en el.
Conforme a la verdad: creo que creo
para volverme repetido en fracasos.
Desde la tristeza me conecto con el instante;
ínfimos retazos de creación.
Mi alma se llena en el vacío: todos fantasmas.
Sé que hay otra dimensión: un punto de fuga.
Mis estigmas desaparecen: duermo sin paz,
otras marcas vendrán.
Un instante es triste pero también insuficiente. Un instante triste no se goza: agota - no fortalece: desarma. Como al actor suicida, como a Garrick, la tristeza nos debe anegar para hallarnos dispuestos a enfrentarla en la corte de sus insignificantes límites.
IV
Aquí, abriendo mis brazos se presenta;
me abarca, me anega; resulto:
la tristeza es silencio,
piel enmascarada, quietud.
No doy batalla: me desmorona,
tomo distancia y arremete.
No quiero examinarme frente a ella,
corro el riesgo de ser su eterno paciente.
Nos completa una resignación; no aceptarla, renunciar a su beneficio: ese ser paciente ante la adversidad. No nunca. Oponernos a su acción violenta resistiendo su tedio. La tristeza no debe vencer, debe ser un pasajero en tránsito; como todo silencio del alma: necesario pero viajero.
V
Borrar las marcas: todas.
Quedar fuera de un tiempo
que no es mas que antes y después.
Transitarme en laberintos cristalinos
para verme en la estática de ayeres fugaces.
Irremediablemente seguir;
en las sombras de mis trasparencias,
asombrosas crueldades,
otros sitios abordados.
Yo camino tras las marcas
Y las marcas me circulan.
Hay distancias;
pero entre ellas y yo
algo quedará en el camino.
Siempre hay un lugar donde guarecernos, donde depositar las marcas y otros desvelos. La tristeza nunca puede ser fuerza motora; solo es un transito necesario para escaparle al miedo.
Corremos detrás de ella buscando la compasión: no sirve, aunque sea un lugar de hallazgos, sus tesoros no validan razones.
SOBRE LA PALABRA O LA NO PALABRA
"Señoras y Señores /
esta es nuestra ultima palabra
-nuestra primera y ultima palabra - los poetas bajaron del Olimpo "
MANIFIESTO (Nicanor Parra)
I
Doy vuelta la página;
tambaleo entre sus limites
devoro un futuro que no existe;
(tiempo replanteado al azar).
Este querer escribir
y no importarme cuanto:
amar este espacio sin perderme.
Doy vuelta la página
escondiendo mi cotidianidad
en su fugaz blancura.
Todas las imagines aparecen representadas, disfrazadas de palabras, signos y algún sonido. LA invención necesaria del idioma para vivirme ---marca del cuerpo --- tatuaje del alma: trazo notas, no sin antes inscribirme en el silencio.
II
Hacerme de palabras;
una semántica que me abarque
conteniendo la tierra y el barro.
Lugares de creación.
Hacerme de un idioma,
fotos del alma;
que corporicen el cuerpo y lo detengan.
Como en un mar de acertijos fogosos
conservo eternas las letras prohibidas;
sus formas disueltas y absolutas,
vivas en mi arena
perdidas en mi sal.
Mas allá del valor de los escritos, descubro en ellos (en cada uno) mínimas reencarnaciones, nuevos nacimientos, pretenciosas batallas. El enfrentamiento con la hoja, el desparpajo de tinta cincelando letras que luego odiare. Amo los inicios mágicos de mis letras, detesto infinitamente sus finales: sensación de que la hoja blanca, sigue estando blanca.
III
Me leo en la confusión;
enebro gravemente las palabras
buscando en las líneas una sutil respuesta.
En ellas, no quiero gritar mañanas
que mañana no comprenderé.
Todo esta literalmente impreso;
en mis manos he escritos capítulos enteros
en la piel entumecida de mi cuerpo sus errores
como permeables interrogantes del dolor.
Ahora huyo, me despojo de toda conexión con la realidad. No existe nada; sin calles, sin humanos, sin nada que me instale en este mundo. Una caverna de ideas me cobija y busco dentro de mí una nocturnidad oportuna. Como Juno, amo dos rivales pero incorpóreos: mi silencio --- mis palabras. La sentencia: Minerva refucila sus ojos, ultrajando mi insolencia.
IV
Dejo anochecerme en el papel.
Yo: intacto, a salvo;
libre de las heridas paralizantes de mis letras.
Todo arde suavemente;
enjuago un par de palabras
en el manantial fresco de mis ayeres.
No hallo avaricia en mi tiempo escrito,
es muy tarde, debo amanecer.
El dictado de la letra, esa voz interior confundida o fundida en la razón o no. El espíritu de los hebreos, de los griegos la musa. El SUB-IN-Consiente dictamina lo escrito. Cual es la verdad de las palabras?.
Nada valida los sentidos, solo el silencio que se enquista en las esencia del escriba.
V
Quiero amar estos versos en silencio;
como el fuego lamiéndome la espalda,
como la tierra abierta al capricho vegetal.
Amar la letra: elemental asombro
que escribe ternura dibujada en el aire.
Aúlla por mis venas, un lobo herido;
pasajero estepario, que en la nieve
peregrina el destino de su furia.
La palabra debe crear luz, un fragmentado lenguaje de indicios. La palabra debe atravesar el asco, la angustia, el amor, el dolor, el margen que los otros nos muestran desafiantes. Nos debe detener para luego arrojarnos ante el abismo. En ese abismo esta la revelación, la iluminación creadora, todos los restos de nuestros misterios y oscuridades.
Todos los náufragos exploran los mares tempestuosos y en la isla guardada dentro de nosotros, encontramos el lugar incierto y palpitante que nos da la vida: la letra.
SOBRE LA LIBERTAD
Mueres de sed: no he de oprimirte tanto/anda, camina por el mundo, sabe;
/dispuesta sobre el mar esta tu nave:/
date a bogar hacia el mejor encanto.
DATE A VOLAR , Irremediablemente (Alfonsina Storni)
I
Cerca o lejos esta el lugar;
en él, alguien de mí esta esperando.
Alguien de mí esta recordando.
Solo su voz dice algo:
exprime un recuerdo
sofoca unas ganas.
Extirpo los clavos de mi crucifixión,
acaricio los estigmas.
Me asomo en los indicios del llamado.
En la búsqueda soy libre, encuentro de sentidos y certidumbres. Reflexiono y elijo (arbitrium). Alguna equivocación me lleva a ser cautivo; limitado en mi obra; limo barrotes y frecuento los caprichos del viento: acepto su desafío: dejar irme en el rumbo de su aire.
II
No temo, nada queda;
mi carcelero, este tiempo,
duerme macabro mi silencio.
Entierro mi miedo,
sepulto las culpas.
Él duerme; esquivo sus horas,
abro su día, atropello sus tardes
y veo el sendero donde mis sueños se deslizan.
Se deslizan conmigo
Mi voluntad es yo y este sendero, caminos encuentros y en mi facultad de obrar, falto a la sujeción. Nada me ata ni detiene. No hay dudas; en el umbral deje todas las plegarias confesadas, alguien las encontrara por el júbilo de mi alumbramiento.
III
Comencé a perder toda frontera;
con sus días y sus noches
que ahora son solo tiempo.
De los limites derruidos y olvidados
me nacieron estas libertades,
este entenderme que nunca,
con todo el significado del nunca,
esta demasiado cerca.
Busco entonces un camino, o un sentido que es lo mismo; trayecto de nómades orfandades, pisadas de arenas exentas de vientos.
Si busco soy libre: libre para ser el otro que circula mis noches y amanece mis días.
Libre para gritar mi nombre, nombre que encierra significados y algún pasado. El nombre, mi nombre abre todas mis libertades.
IV
Camine todas las huellas
las posibles y las no.
Mis ojos se asombraban del asombro
y enmudecí la voz ya revelada.
Un lago de juventudes amanecía mis pies,
mi cuerpo sumergido, entregado, etéreo.
Mi cuerpo...
usurpando un espacio
aguas de silencio
tierra del para siempre .
La desnudes de los pies comulgando con mi tierra, inundados de un néctar que trepa por mi cuerpo y hago propio. Mi tierra es libre de sentirme. Por sentirme soy libre en mi tierra.
Yo: aquel que esperaba un lugar, se habita en sus libertades, en sus alas de plumas espejadas hacia vuelos de necesidades enigmáticas.
Quien detiene la luz multicolor de este cometa.
El tiempo busca mi tiempo: yo me dejo llevar.
V
Logre transitar este sendero;
silencio,
soledad.
Licenciosas libertades me acompañan;
es el espacio,
es el lugar.
Lo ajeno a mis moradas no me habita;
aquel silencio,
aquella soledad.
Un pájaro de agua, duerme mis batallas;
sostiene mis alas,
desespera mis voces.
Dejo nacer mi niño interior
se alumbra en el silencio
y en su soledad se nace a volar.
Enigma fue el día que morí buscando libertad. Ocurre, cuando, preso de un desierto lejano, descubrí la bajedad de mi existencia: y me mate.
Mutile cada zona que no sentía propia: ojos ajenos (miradas tardías), boca reseca (besos a destiempo), manos inmóviles (caricias sin remitente) cuerpo llagado de olvido (desesperanza).
Llame a mi niño, el sabia las verdades, deje que su mano aprisione mi alma y me fui: nada puede perderse del todo.
SOBRE LA MUERTE
"Regocijémonos muchas horas todavía/
en nuestro extraño festín inanimado/
para encontrarnos al fin, en el Río de las Nubes "
MIENTRAS BEBO, SOLO, A LA LUZ DE LA LUNA. (Li Po)
I
Cuando es hoy y no sé cuando,
ubico ya no sé cuantos ayeres.
Acusando recibo de mi vida
me ausento en ella desde siempre.
Retorno en rostros ajenos;
rostros de recuerdos que no encuentro.
Todo es finito: infinito pasado,
rostros que no me repiten.
La única certeza de la vida es la muerte. Primer verdad develada: ultimo fin. Pero no es ella nuestro miedo sino su certidumbre, su condenada espera, su recurrente abandono. Sus sin razones o con muchas. La muerte no deja de ser nuestra condición humana.
II
La súbita muerte rondando mis auras;
yo multiplicado por cien
matando a cada uno de mí.
Caigo sin dolor, sin apariencias
hasta el fondo de mí mismo.
Revivo para justificarme sin encontrar razones.
Yo: multiplicado;
pidiendo auxilio, gimiendo ante el espanto,
riendo con desbordante cobardía.
Me asfixio: no me importa
ser ausencia en el aire que respiro.
¿ Han muerto todas mis muertes?, Las propias y las ajenas?, Las prevenidas y las incrédulas?. Fallo la perspectiva fatal del encuentro?. Vivo: al vivir descubro que perdí el juego de antemano; conduzco mi existencia hacia lo inevitable.
III
Existe un aire: mi huésped;
cargado de harapos ilusorios
aumentado en el desorden de mis días.
Es un aire absurdo y repetido
que me sobrevive sin pedírselo,
que me acusa en ausencias nocturnas
y me devora en las presencias del día.
Me paralizo ante mi aire: este huésped;
sitio de exilio y otras cobardías.
Sin querer (o como justificativo) descubro la unicidad de cada ser: la vida irrepetible - la genérica muerte; maravillosamente unidas por una ocasión momentánea: el encuentro del no retorno. Claro que esto es un oscuro riesgo: no volver, no volverse en uno que se dejara siendo otro.
IV
Vuelvo a la necesidad de ver el rostro;
rostro mío horrorizado,
desnudado por los años
evidentemente incomprendido.
Soy un envase que frente al espejo no se encuentra.
Celebrarse por el cuerpo que se deja, si la muerte es solo ausencia corpórea, manifiesta un espíritu nuevo que, valiente, resbalara otra muerte. La condena es la sustitución, el reemplazo, el olvido; la costumbre de dejarnos en el abismo de lo imprescindible.
V
Necesito armar los restos del cristal;
ubicar los ojos que me miran,
hallar la boca que me calla,
pegar la piel a la caricia.
Dialogo con un rostro que me acusa,
me renuncia.
Nunca pierdo la ilusión
de no volver a verme.
La muerte regala olvido- desesperación. Anuda la memoria al monumento. Instaura un silencio que expande mas silencio y disgrega la apoteosis de los héroes: concesión de tiempo en el que todos expiramos a nadie.
EPILOGOS CONFESIONALES
"de tantos desgarros voy a coserme otro cuerpo para dar de comer
a mi sombra
también afuera de las venas hace sangre" (Hugo Mujica)
La Muerte
Sobrevivirme en ella;
volverme muerte por mis muertos;
por los rostros que me vienen
por los hálitos que me van.
Creer en lo no necesario: la inmortalidad,
no creer que lo mortal esta esperando.
La libertad
Libre; cuando la palabra me supera
excede la capacidad de involucrarme:
con el afuera,
con mis otros
con mi voz y mis fracasos.
Mi libertad: sensación de prescindible.
todo seguirá igual: sin mí.
No escribo mas estas palabras
tengo la libertad de ser ausencia.
La Palabra
Antes de ser palabra,
la palabra debe ser exilio:
ruptura - escondite - dolor.
Hacerme dolor,
esconderme del exilio,
romperme de palabras.
abarcarme en las líneas tribuladas.
Antes de ser exilio
ser debo en mis palabras.
La tristeza
Anuncia el llanto,
el fatuo dolor de no pertenecerme.
Consentida la noche
hace del alma un rincón pequeño.
Todo me llora
en el invasivo recuerdo de las sombras.
El Amor
Desarmado me entrego;
a sus bocanadas de ternura,
a los estragos de sus manos en mi piel,
a la urgencia inasible del sexo.
A todo. Simplemente.
Sin prisa me recreo en tubos de ensayo;
simbiosis de ajetreos.
Vislumbro que llega a tiempo como el rocío
y me paralizo ante el viento tibio de sus promesas.
La soledad
Caer a vacío, ser vacío;
circundando la noche y sus abismos,
los filos de la nada y sus contenidos.
Verme menos cerca que en mis lejanías
seco oasis.
Todo es quietud; menos la ausencia de mis ojos
que buscan...que buscan.
Los otros
Ahorra mi garganta un grito;
el llamado.
Es a los otros, aquellos otros;
estos vientos huracanados,
estas lágrimas que me suicidaron
e ingenuas cayeron al vacío.
Mis otros. Ya poco importan.
no los buscare
ellos saben donde hallarme.
El Ser
Todo de mí o nada,
nada es todo lo que tengo de mí.
Soy tantos en ninguno;
tanta definición inconclusa,
tanto punto final,
tanta pregunta irresponsable,
tanto cielo descubierto
hasta el infinito de lo que busco ser.
La voz
Qué no sea un instante
sino la vida.
Qué no sea del viento
ni oportuna mensajera del error.
Qué sea voz por ser voz
Siempre;
amante intensa del silencio.
Yo sobre Yo
Enmudecerme,
obviar los gestos,
solo amable cortesía.
Esquivar miradas;
demostrándome que existo en mi.
Dejo mi figura en un contorno;
limites de fantasmas enjaulado.
Yo sobre yo:
un silencioso grito desesperado.
Coro: Diosa Atenea; Qué morada dices tu que tendría yo?
Atenea: Una donde jamas hallaría asiento el infortunio.Acéptala pues.
Coro: Y prometes que así será en todo tiempo?
Atenea: Yo no prometo jamás lo que no he de cumplir.
Las Euménides. (Esquilo)
Introito
El camino detrás del instante en que hoy estaba, adquiría de pronto la forma de un atajo y volvía a cruzar la avenida de su vida.
Hubiese querido en más de una ocasión no ver la señal de cruce, pero como no cruzarlo era detenerse, se sumergía en una senda sinuosa creyendo que lo necesario era una recta final.
Siempre así y todo volvía a ese primer instante.
De pronto creyó lograrlo, en la recta todo era claro, seguro; ya no miraría hacia atrás y solo era cuestión de lanzarse hacia delante.
Hasta que llego a un puente y se encontró mirando su vida desde arriba. Estaba ahí; tendida en el lecho del río, seca, aparente, sin opciones, lisa como una cinta de asfalto, sin sobresaltos.
Miro hacia todos lados. Lloro, rió, maldijo y no pudo encontrar la razón de tal descontento.
Entonces su visión se alejo de las rutas, caminos, atajos, sendas; cargo en su mochila la vida que le cabia, se lleno de esperanzas para recorrer los caminos del azar y sintió que no necesitaba más que un desconocido camino.
Alejandra Martínez Vázquez.
YO SOBRE YO
" Me fui menos mortal de lo que vengo/ustedes estuvieron/yo no estuve/por eso en este cielo hay una nube/ y es todo lo que tengo" (Quiero creer que estoy volviendo; Geografías) M. Benedetti.
I
Creí saberlo todo;
saberme todo de mí.
Pero no: primer error.
No saberme nada: IN-IDENTIDAD.
Fui buscando indicios;
herido como la madreperla por arenas.
Me fui sabiendo
y dude de conocerme.
Participe de todas las meditaciones y mezquindades de lo que había de ser mi vida; pero no logre hacerlo con determinación. Me sentí enfermo, me surgí desde la locura: un ataque de cualquier otra cosa; propiamente mío, igualmente humano. Creí saberlo todo, me nací ignorante.
II
Quebré todas barreras;
cristales,
espejos,
sangrantes secretos,
ventosas raíces arrancadas de mi lecho.
Era yo vuelto en imágenes;
reflejos vacíos,
respirar de espinas,
palpares de tibieza.
Una a una fueron cayendo
en instantes devorados por lo incierto.
Instalado en un rincón de la memoria: yo niño; preguntándole al silencio por su voz. Yo adolescente; carente, catástrofe de mí y de dudas (niño aún herido). Yo transición; de mí y mis certezas (claros errores).
Instalado en un rincón: Yo adulto; hablando con la voz de mi silencio, revisando los errores, transitando mis dudas (Niño aún con la suma de los años y las marcas de la piel)
III
YO sobre Yo;
paralelo inocuo.
Sobre mi: TODOS
y todos mis otros.
Me ignoro, tiemblo pálido
ante mis sombras y sus trayectos.
Apago el fuego de mi luz.
Yo, inerte protagonista
de un film mudo que me reclama.
Las calles me caminan de regreso, suenan campanas frescas, aromas que conozco. La puerta de casa, los ladrillos. Siempre pendiente aquel rincón que lloraba mis miedos. De pronto el verde sumergiéndome en el patio donde habitan mis primeros intentos de ser lenguaje. La ventana regalándome una brisa azul, durmiendo en una tarde con olor a violín. Y mi llegada: Yo, por debajo de todo lo dicho y todo lo visto.
IV
Aunque nunca me alcance
correré tras de mí.
Detendré los pasos inseguros,
no frenaré los aquí y los ahora.
Con esta misma sangre
regaré mis prados de silencios,
contemplaré los enigmas,
Todos;
los que no fueron hallados
los que no sirvió hallar.
Descubrirme, solo eso,
en la esfinge de mi primer muerte.
Escape de esta muerte: él descubrirme. No había espacio, no era el lugar. Algo de lo que era volvió conmigo: Yo foto de algunos ayeres: bebe - madre, niño- madre, adolescente partido en el nombre de mi hermano, en los ojos de mi hermana.
Yo película de hoy: adulto - madre - hermanos; necesidad de ellos sin mis otros, con los otros.
V
Nacerme; parirme en cada útero;
con la misma sangre, la misma
que aúlla desde siempre por mis venas.
Yo no soy mas que una mirada,
una noción a destiempo,
alguna palabra.
Solo un caminante de la letra,
buscador de signos y respiros.
Escribí tanto mi nombre
y el dolor es no poder decirme.
Mi yo, como mi palabra, me rebasa, me sucumbe y no me basta. Intento completarme y descubrirme. Pero no sé de esperas; mi palabra se va y no encuentra la que vuelve.
Convivo con un lenguaje que me hace escuchar vientos de voz, contemplaciones y reclamos. Descifro un arte infinito de silencios, un tiempo que me cabalga con oscuras riendas. Esclavo soy de cada momento.
Dejaré transpolar los tiempos, virtual pasado que se contrapone a un futuro incierto y entre ellos me nace la sombra comprometida del presente.
SOBRE LA VOZ
"Quién me oiría entre la jerarquía de los ángeles si yo gritara?
y supuesto que alguno de tomase de pronto sobre su corazón:
Perecería yo por su existencia mas fuerte?
(Primera elegía de Duino) Rainer M. Rilke.
I
Pensamientos no dichos vienen a buscarme;
el viento es viento disuelto en aire,
la finitud de lo imposible se desgrana en polvo.
Encierro la voz en una definición: YO;
ser desnudo - ser aparente - ser otro.
Ser cuerpo impuesto y mente dormida.
Busco el agua que es agua porque moja;
pero no es motivo para ser.
O ser para este fuego, fuego porque quema
motivo no es. Es el no motivo;
la tierra y su pertenencia: la quietud.
Inmóviles están mis palabras,
palabras que inmóviles están calladas;
perfiles monosilábicos, absurdas repeticiones.
Es mi voz, en voces.
Voz mía: volcán de letras escarlatas;
seres mágicos - seres dormidos - seres muertos
vienen a buscarme en las palabras que callo.
Un primer sentido: la voz. Llamarse a ser voz y en la voz un habitante, expeliendo el sonido que al eco vuelve buscando dueños.
Volver a la voz que llama; no saber quien es pero reconocernos existencia por ser nombrados. Acudimos al espejo para que nos devuelva a nosotros: reflejos nuestros asistidos por la voz ausente.
II
Un grito abarca el vacío
y vacío el grito abarca;
uno no es sin el otro.
Lo dicho que no: el grito.
El vacío aquí es silencio
y el silencio dice más.
Lo no dicho: Nada (¿?)
Nadacracia: opción global;
gobierno de permanencias.
Todo es un sonido inarticulado;
abarcativo - subversivo - gris.
Grito y ruido: Nada.
Palabras proferidas en la violencia
que nada es y todo abarca.
Ruidos, gritos, insoportables gritos; voces que al habla no dicen nada. Se hizo la palabra y las voces callaron, por cobardía o miedo de escucharse: miedo a oír mi voz, un interior que promete culpas que no asumo.
Me abstengo del ruido pero sus voces me inundan, golpean mi lateral hemisferio, pulen la mejilla, taladran la frente, adormecen los ojos, el occipucio celebra dando paso al vacío. Entonces me concluyo: todo el restante vacío de la mitad del cuerpo me lleva a otro lado; nuevo ruido, igual vacío.
III
La voz: un instante en el viento;
en sus ráfagas, dura nada.
Nada dura como el viento
en un instante de voz.
Es una carencia del sentido
o la razón que, por ser, nos carece.
Las voces instigan y provocan
inducen el momento de escuchar,
escuchar el ejercicio de la voz.
Que digo: dura nada
y es un instante en el viento.
La voz en mi voz y el eco en las voces (una quietud soberana en la multiplicidad). Una voz de la nada viene, la busco en el viento que se disuelve en aire. Como un ser, me llama para ser: ser celeste, espíritu borroso, nuevo principio.
Nos llama la voz a ser otros, otros yo multiplicados por voces que nos llaman a ser existencia.
IV
Aproximación a mí de la voz;
sin cautela, segura;
sabiendo mis miedos dijo: "No debes temer;
soy tu primer y ultimo fin,
tu llanto y tu alegría,
tu frustración y deseo.
Soy tus muertes y la vida,
esa, que engendras en palabras.
Cuenta tus días, recobra tus noches;
las que vienen a ti y las que dejas.
Enciende lo que has sido,
apaga lo que no.
Trae a la mente tu finitud,
trae en tu mente mi inmortalidad.
Yo rebasare tu nombre;
soy tu voz, tu prisionera.
Ahí la causa que por añadidura a la voz trae el efecto y el efecto que la voz trae en su hermosura: el silencio.
Silencio que anuncia el canto de pájaros angustiados, de libros vacíos (letras de negra nieve, palabras de ausencia proferidas; oraciones tribuladas en doctrinas que aborrezco. Párrafos de dos filos; la ausencia y el estruendo.
Ausencia que sobre mí ciñe en el pecho un hueco, estruendo que sobre mí funde la voz en el silencio.
Causa y efecto: soy; el que se vacía de rostros y sentidos en el intento de escucharse.
V
Hablo cuando hablo?
Qué mensaje encierro cuando escribo;
será que aquí encierro un mensaje
qué me calla cuando hablo?,
Una línea infinita que tribula:
el silencio - el miedo - el vacío;
la obra y la pobreza de mi obra.
Este aquí sin este ahora: este que soy;
el de los dos filos que en mi retiene un nombre,
niega a los otros y testifica silencioso
las ausentes doctrinas que fueron seguidas.
Cuando escribo hablo lo que callo.
Cuando callo escribo la suerte
que sin destino sortea mis días.
No existe ser sin voz, sin la protagonista que al sedere se afirma en su existencia.
La voz, real presencia aún en ausencias. Silencio; último destino del hombre ----- la quietud total.
La voz, la palabra; génesis por sobre el génesis.
SOBRE EL SER
" Ahora me parece que todo aquello que me rodea es una parte de mí,
que yo logre llegar a ser el todo finalmente"
(Italo Calvino; OP , Cit.p 168)
I
Adelantarme al ser que me concluye;
ya sin mirarme: caer en el tiempo,
ya sin sentirme: abusar de la letra.
Inverso velo por el instante catastrófico;
grito el silencio que me explora: las voces;
tardías, obscenas,
voces que desde la niebla
anuncia que allí estuve.
Escondido en el mana de la vida
las horas me sacrifican y aguardan.
Espero casi sin voluntad
la creencia de volver a creer;
creer: un lugar que me encuentre
cerrando círculos, abriendo destinos.
Otra no-definición: ¿qué es ser? ¿Qué encierra un soy? . Suponemos que todo es evidente por ser.
El sentido del ser (lo tiene?) es la pertenencia a uno sin ser esos otros que configuran todos los restos del pasado. La importancia radica en el hoy, una cuestión de tiempo: hoy soy, sin saber si seguiré siendo lo que ayer fui.
II
Ráfagas de ayer.
certera idea de confusión;
la vida y mis muertes enarbolan una batalla
que pierdo y rechazo.
Estruendo azaroso este mundo: el mío.
Yo por debajo de todo en el antes de este.
regalando orfandades y diversos cuerpos.
Era el otro: ser otro;
de labios azules
púrpuras libertades,
de confesiones que, en la hora ausente,
hacían de mí una sombra alambrada;
con restos de lo visto
silencio de lo oído.
Era el otro: ser otro;
envuelto en calendarios,
garantes del tiempo y del vacío,
días de ser y orillar la nada.
¿Tiene sentido la pregunta por el ser? Volver a la reiteración: ¿Qué es ser? ¿Ser es qué ? ¿Se es ser?.
La cualidad distintiva es la posibilidad de ser. Posibilidad que se da en el lugar que ocupamos: nuestro espacio, sitio de un ahí en conjunción con un ahora.
Ser es noción de tiempo, simplemente otro lugar, otra quietud.
III
Este ser sin estar;
manantial de dudas, disimulo de certezas
en tantas noches desiertas,
dibujando destinos galácticos.
Inventándome, yo inventándome.
¿ Habré crecido mas allá de los surcos de mi piel?
¿ Construí mi ser, el que aun no sé si es?
Navego mis voluntades;
todas las partes mínimas.
Nada me conforma;
en este ser no esta mi lugar.
Esta la presencia: Yo--- quién seré / será. Un séquito de dudas me suceden: Identidad?. Nuevas transmutaciones. La búsqueda de mi ser en mis naufragios. Me ahogo, mi memoria es una enfermedad, me duele inclinarme ante ella y saber que me olvida. Vuelvo al plano del sueño creo, ahí, ser.
IV
Tan cerca como una imagen espejada;
mirando, sumergiéndome en mi.
Mi ser siendo;
respirando entre palpares y espinas,
mutando en la gracias del estar;
sin el quizás permanecer,
sin el tal vez sobrevivir.
Criatura que acaece, agota
en la falta del hallazgo,
En este saber no estar:
quiero elevarme, volar
cerrar los ojos, volar;
tan lejos que no pueda encontrarme.
La posibilidad y mis límites, las disciplinas que me ocupan abarcan todos los lugares: la voz - la soledad - la tristeza - el amor -l os otros, estos yo, todas las muertes, idénticas libertades. Soy en mi desierto, arenas movedizas, silencioso estar.
V
Ser me confunde, me evade.
Me reencuentro siempre en el mismo sitio;
confrontando con nadie
en el encuentro de lo no encontrado.
Aúllo mi nombre en la planicie del silencio
para ser alguien en pupilas ajenas.
Ser es sueños;
frentes oníricos, infancia trasnochada.
Miro el enigma lineal de mi vulnerabilidad;
hay un sedimento divino: un silfo
poseedor de la respuesta que me calla.
Resueltas mis verdades descubro una razón: la negativa, no soy en mí, sino en los otros. Mi existencia se disuelve en otras existencias, en una conjunción de seres que me crean y recrean: En espacios y tiempos.
En mi existencia real: busco un sentido, alguna pertenencia para dejar el pasado; ese error que me enseño a provenir con reservas.
SOBRE LOS OTROS
¡ Aleja tu pico de mi corazón, aleja tu forma de mi puerta!
Dijo el Cuervo: ¡ Nunca Más!
"El Cuervo" (Edgard Allan Poe)
I
Construir con estos olvidos;
este misterio ajeno: mis otros.
Sin pertenencias ni anclajes
me sobrevienen horas catastróficas;
el tiempo con agujeros negros
se desliza en mis rupturas.
Otros miran, otros juzgan,
ríen - hablan - callan - mueren.
En cada marca hallo preguntas
que no quiero contestarme.
El olvido trae a la memoria otros que fuimos u otros que están, presencias que nos reinventan, nos espejan. Somos habitantes dentro de otros: terrenales exequias que regresan y me asombran. Los otros reflejos yoicos. Yo: Gestación de ellos.
II
Mis otros habitantes, otros yo;
singularizando los sentidos sin dolor,
polarizando los escrúpulos sin abarcar.
Mis otros huéspedes, otras miradas;
sepultándome en inmóviles imágenes,
en pasados que vienen en lo que no viene.
Ajeno este misterio: mis otros:
indefensos - temerosos - inseguros,
caníbales - asesinos - letales.
Ellos: abren un punto imposible de adivinar;
un tiempo fantasmal,
un tiempo cero.
Como en alineación infinita, los otros,
ingresan en mis lunas.
Son estériles las metáforas de entenderme en otro, en qué invento entenderlas?, En qué creencias aceptarlas?. Ser otro, en fin, es ser uno y sus errores; sus torpes transmutaciones, clonaciones equívocas de silencios que nos son propios. Consecuencia de mí: buscarme en los otros? O perderme de ellos?.
III
Debo ser otros o ninguno
y en ninguno ser los otros,
para creerlos en el invento
o inventarme en sus creencias.
Ser este que me falta
(evidente manifestación de mí mismo)
Soy: ausencia en sus palabras
y amante de sus silencios.
El riesgo; hacerlos reales,
caería en un mundo impropio
donde los fantasmas me superen
hasta dejar de ser yo.
En estas guerras destruyo murallas, aniquilo cada resto de la vieja piel (perturbada metamorfosis). Mudo de cuerpos y tránsito cosmos. En mis otros hay sentidos inventados, oscuros misterios, humeantes oráculos.
No puedo ser otro, sin ser en otros todos.
IV
Fuerzas cósmicas, casi minerales,
me arriman al disimulo;
al silencio artificial de aquel mañana
manifestado en este pasado.
Debo pactar con la tormenta
y encontrar causas a mi presente;
en el estrépito de los mares
o la mano sigilosa amante del papel.
Debo creer que soy los otros
y en los otros ser ninguno.
No vacilar, no lamentaré en vano abominar las miserias de mis otros, ni entregaré mis miedos a sus mascaradas. Será la ferocidad de mis manos que apuñale los lenguajes obsoletos. Y sé irán... los otros yo; los conozco y de nada sirve contenerlos.
V
Tercera década me asoma:
buscaré la razón libre de mi primer muerte,
descenderé hasta el mismo olvido
reteniendo la memoria que me carga.
Tengo pocas cosas contra mí
y cosas tengo que no llegan:
como el estímulo goloso de la voz,
el espíritu sagrado de mis rostros muertos;
como no llegan los rastros sacrificados ;
huellas de tinta y hecatombe.
Son tres que no llegan:
el otro yo: m mitad,
los otros yo: que me sostienen por partes,
yo: que pruebo ser fiel a este intento simulado
de ser otro y reflejarme.
¿ Quién pudiera encontrarse en uno mismo?, desandar el camino correcto o deambular por el carnaval de la vida sin las máscaras por otros impuestas. Vivir como sagrados los momentos bárbaros, sin arrepentimientos ni culpas.
¿ Siempre será ser otros? ¿ O los otros son temibles deseos de lo que nunca seremos?.
SOBRE LA SOLEDAD
"Pájaro/crucificado en sus alas/este no poder decirme/
callado/
en mis palabras/
esta sed de volcarme/todo/frente a nadie "
(Hugo Mujica)
I
Miedo: insoportable miedo;
a no hallar lo encontrado,
a encontrarme yo:
y no nadie.
Miedo a que mis huellas sean solo pisadas,
pisadas sin tránsitos ni caminos.
Destino nómade
vagabundeando estrellas.
Miedo. Insoportable miedo
a perderme en mis rastros.
Soledad, esa carencia necesaria, esa voluntaria compania que busca en el recuerdo acumular horas y otros destinos. Soledad de mares y Alfonsina de Alejandra y momentos tribulados en la muerte. Tan adversa, tan necesaria y abandónica: soledad.
II
Más se vuelca la soledad en su cercanía
y en la distancia mas se vuelca a mi.
Tormentas de horrores azotan mi estigma:
me atraen en consecuencias.
Pude no haber sido.
Puedo dejar de ser.
Quiero ser la huella de mí mismo;
surcarla sin suerte, ubicarme en ella.
Ser también el sueño que no existe;
tener la libertad de ser ausencia.
Dormirme, volcarme sin nadie,
lejos de mí asomado en indicios;
en los símbolos imposibles
de mis fraguados momentos.
Este lugar desierto: YO; tierra sin habitar, lugar de vacío y de búsqueda. Búsqueda de mi y mi recurrencia.
Riego mis parámetros; germinan limites, parapetos. Sigo; todo debe tener un sentido, todo obedece a algo.
III
Necesidad de que me vean;
así: en los cristales que me cubren,
en las paginas que me escriben.
Que me vean;
tan solo en las palabras
que disfraza mi lenguaje.
Tan solo en las letras
que semejan mis heridas.
Irme; partirme en razones. Convivir en la orfandad de mi cuerpo. Protocolarmente dormir el ritual del silencio que desde su esencia habla. Escucharme para creerme en esta isla que me habita.
IV
Ignoro dónde esta;
son demasiados los rostros y los rastros
que acompañan mis horas tempranas.
Mi temor es postergarme;
dialogar con mis ausencias,
encontrando en ellas el sentido
de sentirme acompañado.
Invento una melancolía que se siente por ser ausencia. Bailo con ella, danzo en sus velos. Pero nada sirve: desamparo y soledad. Diamante que se engasta en el silencio, volviendo a ser carbón, crustáceo de la roca, ocaso de la espera.
V
Tan lejos de todos
tan distante soledad.
Caigo en un abismo desesperado
por los hilos de mi memoria.
Esta soledad no me llora;
como eran entonces la gotitas de sal:
emocionadas y dolientes,
turbias y buscadoras de mí.
La soledad grita mis culpas:
no escucho,
no quiero oír.
Solo danzar su mudez.
Revivo como una llamarada tras un soplo de viento. Fuego. Se apaga el instante: nunca pude solo.
Restarme al mundo. Aun, después de romper todos los espejos y morir todas mis muertes, el cristal espejaba el aire que cubría mi rostro.
SOBRE EL AMOR
"Para siempre cerraste alguna puerta/
y hay n espejo que te aguarda en vano"
LIMITES (Jorge L. Borges)
I
Derruirme de mí;
callar la visión de mis ojos.
Accedo a su sitio: lugar que me revela.
Me ignoro. Me exaspero,
me descubro náufrago de un vergel
donde florecen mis días.
Ubicado, hallado, entregado;
rendido por palabras esenciales
me acuno en su ternura.
Presumir ante el amor y su necesidad. Tener ese indicio, esa señal de la voluntad que nos marca su llegada. Amando somos simbiosis: alma - cuerpo - yo - otro yo - otro. Amar la deliciosa llegada con júbilo vital, con irrevocable codicia.
II
Egoístamente humano
bebo su compania:
tenia sed de sus palabras,
sed de beber cada uno de sus aires.
No me asusta saberme así: entregado;
embriagado de su voz contenedora.
Beberme su compania.
Su sed: mi yo.
El miedo al amor no es más que su pensamiento. El miedo no es más que pensarlo y descubrir los errores de la otra mitad y son nuestros. El miedo al amor nos paraliza: no destruye--- Nos anochece en soledad.
La entrega rompe el cáliz del miedo y construye las alas de todas las ilusiones.
III
No tomaré precauciones;
quiero, como si nada,
caminar sus enunciados,
llorarle en los ojos su demora,
qué sienta dulzura en mis ausencias.
Cualquier instante será su brisa;
cálido aire envolviendo mi aliento.
Sin reservas ni artificios
del silencio a su voz.
Nunca podremos ser sin otro: seres amantes - seres completos. En la mortalidad trascendente de la vida, la razón es ser dos: unidad dual - severa unión. Ser patéticamente frágil ante el encuentro: vulnerable.
IV
La otra mitad, (el resto que necesitaba)
ante la imposibilidad desordenada de ser;
duerme su piel junto a la mía.
De una manera continuada,
casi imperceptible;
me acepto en sus caricias,
me guardo en la prosa de sus labios
y escribo en mis ojos la poesía de los suyos.
Este saberme fuera de mí, de todo,
este convocarme a un ritual olvidado
Que aparece ahora, en el parpadeo del alma;
lenguaje de cuerpos y palabras,
de bienvenidas promesas y adolescentes pasiones.
Como en el inicio la promesa:
pensada para siempre...
Nunca es para siempre una promesa, o sí ; la que del silencio nos convoca al olvido y el olvido es renuncia y la renuncia pérdida: carencia que en otro instante será necesidad. Todo es cíclico y concreto en los escapes de la vida.
V
Renuncio a la posibilidad de abandonarme;
desde un fondo que fue mío
emerjo ahogando las heridas.
Acudo a la cita de renacerme
sin más equipaje que el deseo.
Esto será para siempre:
los besos remolones,
las caricias al descuido,
el tiempo que no tiene tiempo,
las palabras que le huyen al silencio.
La posibilidad es la renuncia, pero no;
desde el fondo, aún, del lodo
se puede ver la superficie.
No saber definiciones, de académicas palabras que aconsejan verdades absolutas. El amor es como una indeleble cicatriz en el alma, el numen del poeta, esa alquimia que todo transforma o ese ensordecedor silencio del asceta. El amor es roca y dúctil arcilla que moldeamos sin saber cual será su monumental destino.
SOBRE LA TRISTEZA
"Detrás de los dolores y los vastos sollozos/
que cargan con su peso la existencia brumosa/
feliz aquel que puede con ala vigorosa/lanzarce hacia los campos dulces y luminosos
ELEVACION (Charles Baudelaire)
I
Descubro un pequeño suicidio:
la tristeza me anuncia;
absorbe el evidente néctar de mi caos.
Un mínimo suicidio;
estampe mi voz en el silencio,
sentí la vanagloria de los pájaros,
las florecillas cortadas al azar
y el río estáticamente dudoso.
Y llore, llore...
Por mi silencio, ese lugar,
que me alejo del mundo
Para siempre,
siempre para el silencio.
Sin saber que la ocasiona (o fingiendo no saberlo, que es un atajo) la tristeza nos aborda; disfraza de gris el contento y la euforia. No se puede reparar el daño, aunque pidamos permiso para borrar la marca.
No haber otro lugar. No quedar otro lugar. Entonces buscamos un sendero, un sitial para esperar el milagro.
II
Conflicto de pensar que hay una marca;
que se abre, me absorbe.
Ella se presenta:
"soy el hueco en el alma",
pero no sabe dialogar y la comprendo;
su mudez obedece a las heridas
que no deben ser halladas por nadie.
El fin de la tristeza es el olvido. La tristeza elabora lentamente los procesos ausentes ; esos carteles que indican curvas hacia la repetición de fracasos. La calma puede ser una fatal elección: la charada perfecta para fingir los escapes imposibles de hallar.
III
Fiel soy en un intento de olvido;
fiel por estar ausente en el.
Conforme a la verdad: creo que creo
para volverme repetido en fracasos.
Desde la tristeza me conecto con el instante;
ínfimos retazos de creación.
Mi alma se llena en el vacío: todos fantasmas.
Sé que hay otra dimensión: un punto de fuga.
Mis estigmas desaparecen: duermo sin paz,
otras marcas vendrán.
Un instante es triste pero también insuficiente. Un instante triste no se goza: agota - no fortalece: desarma. Como al actor suicida, como a Garrick, la tristeza nos debe anegar para hallarnos dispuestos a enfrentarla en la corte de sus insignificantes límites.
IV
Aquí, abriendo mis brazos se presenta;
me abarca, me anega; resulto:
la tristeza es silencio,
piel enmascarada, quietud.
No doy batalla: me desmorona,
tomo distancia y arremete.
No quiero examinarme frente a ella,
corro el riesgo de ser su eterno paciente.
Nos completa una resignación; no aceptarla, renunciar a su beneficio: ese ser paciente ante la adversidad. No nunca. Oponernos a su acción violenta resistiendo su tedio. La tristeza no debe vencer, debe ser un pasajero en tránsito; como todo silencio del alma: necesario pero viajero.
V
Borrar las marcas: todas.
Quedar fuera de un tiempo
que no es mas que antes y después.
Transitarme en laberintos cristalinos
para verme en la estática de ayeres fugaces.
Irremediablemente seguir;
en las sombras de mis trasparencias,
asombrosas crueldades,
otros sitios abordados.
Yo camino tras las marcas
Y las marcas me circulan.
Hay distancias;
pero entre ellas y yo
algo quedará en el camino.
Siempre hay un lugar donde guarecernos, donde depositar las marcas y otros desvelos. La tristeza nunca puede ser fuerza motora; solo es un transito necesario para escaparle al miedo.
Corremos detrás de ella buscando la compasión: no sirve, aunque sea un lugar de hallazgos, sus tesoros no validan razones.
SOBRE LA PALABRA O LA NO PALABRA
"Señoras y Señores /
esta es nuestra ultima palabra
-nuestra primera y ultima palabra - los poetas bajaron del Olimpo "
MANIFIESTO (Nicanor Parra)
I
Doy vuelta la página;
tambaleo entre sus limites
devoro un futuro que no existe;
(tiempo replanteado al azar).
Este querer escribir
y no importarme cuanto:
amar este espacio sin perderme.
Doy vuelta la página
escondiendo mi cotidianidad
en su fugaz blancura.
Todas las imagines aparecen representadas, disfrazadas de palabras, signos y algún sonido. LA invención necesaria del idioma para vivirme ---marca del cuerpo --- tatuaje del alma: trazo notas, no sin antes inscribirme en el silencio.
II
Hacerme de palabras;
una semántica que me abarque
conteniendo la tierra y el barro.
Lugares de creación.
Hacerme de un idioma,
fotos del alma;
que corporicen el cuerpo y lo detengan.
Como en un mar de acertijos fogosos
conservo eternas las letras prohibidas;
sus formas disueltas y absolutas,
vivas en mi arena
perdidas en mi sal.
Mas allá del valor de los escritos, descubro en ellos (en cada uno) mínimas reencarnaciones, nuevos nacimientos, pretenciosas batallas. El enfrentamiento con la hoja, el desparpajo de tinta cincelando letras que luego odiare. Amo los inicios mágicos de mis letras, detesto infinitamente sus finales: sensación de que la hoja blanca, sigue estando blanca.
III
Me leo en la confusión;
enebro gravemente las palabras
buscando en las líneas una sutil respuesta.
En ellas, no quiero gritar mañanas
que mañana no comprenderé.
Todo esta literalmente impreso;
en mis manos he escritos capítulos enteros
en la piel entumecida de mi cuerpo sus errores
como permeables interrogantes del dolor.
Ahora huyo, me despojo de toda conexión con la realidad. No existe nada; sin calles, sin humanos, sin nada que me instale en este mundo. Una caverna de ideas me cobija y busco dentro de mí una nocturnidad oportuna. Como Juno, amo dos rivales pero incorpóreos: mi silencio --- mis palabras. La sentencia: Minerva refucila sus ojos, ultrajando mi insolencia.
IV
Dejo anochecerme en el papel.
Yo: intacto, a salvo;
libre de las heridas paralizantes de mis letras.
Todo arde suavemente;
enjuago un par de palabras
en el manantial fresco de mis ayeres.
No hallo avaricia en mi tiempo escrito,
es muy tarde, debo amanecer.
El dictado de la letra, esa voz interior confundida o fundida en la razón o no. El espíritu de los hebreos, de los griegos la musa. El SUB-IN-Consiente dictamina lo escrito. Cual es la verdad de las palabras?.
Nada valida los sentidos, solo el silencio que se enquista en las esencia del escriba.
V
Quiero amar estos versos en silencio;
como el fuego lamiéndome la espalda,
como la tierra abierta al capricho vegetal.
Amar la letra: elemental asombro
que escribe ternura dibujada en el aire.
Aúlla por mis venas, un lobo herido;
pasajero estepario, que en la nieve
peregrina el destino de su furia.
La palabra debe crear luz, un fragmentado lenguaje de indicios. La palabra debe atravesar el asco, la angustia, el amor, el dolor, el margen que los otros nos muestran desafiantes. Nos debe detener para luego arrojarnos ante el abismo. En ese abismo esta la revelación, la iluminación creadora, todos los restos de nuestros misterios y oscuridades.
Todos los náufragos exploran los mares tempestuosos y en la isla guardada dentro de nosotros, encontramos el lugar incierto y palpitante que nos da la vida: la letra.
SOBRE LA LIBERTAD
Mueres de sed: no he de oprimirte tanto/anda, camina por el mundo, sabe;
/dispuesta sobre el mar esta tu nave:/
date a bogar hacia el mejor encanto.
DATE A VOLAR , Irremediablemente (Alfonsina Storni)
I
Cerca o lejos esta el lugar;
en él, alguien de mí esta esperando.
Alguien de mí esta recordando.
Solo su voz dice algo:
exprime un recuerdo
sofoca unas ganas.
Extirpo los clavos de mi crucifixión,
acaricio los estigmas.
Me asomo en los indicios del llamado.
En la búsqueda soy libre, encuentro de sentidos y certidumbres. Reflexiono y elijo (arbitrium). Alguna equivocación me lleva a ser cautivo; limitado en mi obra; limo barrotes y frecuento los caprichos del viento: acepto su desafío: dejar irme en el rumbo de su aire.
II
No temo, nada queda;
mi carcelero, este tiempo,
duerme macabro mi silencio.
Entierro mi miedo,
sepulto las culpas.
Él duerme; esquivo sus horas,
abro su día, atropello sus tardes
y veo el sendero donde mis sueños se deslizan.
Se deslizan conmigo
Mi voluntad es yo y este sendero, caminos encuentros y en mi facultad de obrar, falto a la sujeción. Nada me ata ni detiene. No hay dudas; en el umbral deje todas las plegarias confesadas, alguien las encontrara por el júbilo de mi alumbramiento.
III
Comencé a perder toda frontera;
con sus días y sus noches
que ahora son solo tiempo.
De los limites derruidos y olvidados
me nacieron estas libertades,
este entenderme que nunca,
con todo el significado del nunca,
esta demasiado cerca.
Busco entonces un camino, o un sentido que es lo mismo; trayecto de nómades orfandades, pisadas de arenas exentas de vientos.
Si busco soy libre: libre para ser el otro que circula mis noches y amanece mis días.
Libre para gritar mi nombre, nombre que encierra significados y algún pasado. El nombre, mi nombre abre todas mis libertades.
IV
Camine todas las huellas
las posibles y las no.
Mis ojos se asombraban del asombro
y enmudecí la voz ya revelada.
Un lago de juventudes amanecía mis pies,
mi cuerpo sumergido, entregado, etéreo.
Mi cuerpo...
usurpando un espacio
aguas de silencio
tierra del para siempre .
La desnudes de los pies comulgando con mi tierra, inundados de un néctar que trepa por mi cuerpo y hago propio. Mi tierra es libre de sentirme. Por sentirme soy libre en mi tierra.
Yo: aquel que esperaba un lugar, se habita en sus libertades, en sus alas de plumas espejadas hacia vuelos de necesidades enigmáticas.
Quien detiene la luz multicolor de este cometa.
El tiempo busca mi tiempo: yo me dejo llevar.
V
Logre transitar este sendero;
silencio,
soledad.
Licenciosas libertades me acompañan;
es el espacio,
es el lugar.
Lo ajeno a mis moradas no me habita;
aquel silencio,
aquella soledad.
Un pájaro de agua, duerme mis batallas;
sostiene mis alas,
desespera mis voces.
Dejo nacer mi niño interior
se alumbra en el silencio
y en su soledad se nace a volar.
Enigma fue el día que morí buscando libertad. Ocurre, cuando, preso de un desierto lejano, descubrí la bajedad de mi existencia: y me mate.
Mutile cada zona que no sentía propia: ojos ajenos (miradas tardías), boca reseca (besos a destiempo), manos inmóviles (caricias sin remitente) cuerpo llagado de olvido (desesperanza).
Llame a mi niño, el sabia las verdades, deje que su mano aprisione mi alma y me fui: nada puede perderse del todo.
SOBRE LA MUERTE
"Regocijémonos muchas horas todavía/
en nuestro extraño festín inanimado/
para encontrarnos al fin, en el Río de las Nubes "
MIENTRAS BEBO, SOLO, A LA LUZ DE LA LUNA. (Li Po)
I
Cuando es hoy y no sé cuando,
ubico ya no sé cuantos ayeres.
Acusando recibo de mi vida
me ausento en ella desde siempre.
Retorno en rostros ajenos;
rostros de recuerdos que no encuentro.
Todo es finito: infinito pasado,
rostros que no me repiten.
La única certeza de la vida es la muerte. Primer verdad develada: ultimo fin. Pero no es ella nuestro miedo sino su certidumbre, su condenada espera, su recurrente abandono. Sus sin razones o con muchas. La muerte no deja de ser nuestra condición humana.
II
La súbita muerte rondando mis auras;
yo multiplicado por cien
matando a cada uno de mí.
Caigo sin dolor, sin apariencias
hasta el fondo de mí mismo.
Revivo para justificarme sin encontrar razones.
Yo: multiplicado;
pidiendo auxilio, gimiendo ante el espanto,
riendo con desbordante cobardía.
Me asfixio: no me importa
ser ausencia en el aire que respiro.
¿ Han muerto todas mis muertes?, Las propias y las ajenas?, Las prevenidas y las incrédulas?. Fallo la perspectiva fatal del encuentro?. Vivo: al vivir descubro que perdí el juego de antemano; conduzco mi existencia hacia lo inevitable.
III
Existe un aire: mi huésped;
cargado de harapos ilusorios
aumentado en el desorden de mis días.
Es un aire absurdo y repetido
que me sobrevive sin pedírselo,
que me acusa en ausencias nocturnas
y me devora en las presencias del día.
Me paralizo ante mi aire: este huésped;
sitio de exilio y otras cobardías.
Sin querer (o como justificativo) descubro la unicidad de cada ser: la vida irrepetible - la genérica muerte; maravillosamente unidas por una ocasión momentánea: el encuentro del no retorno. Claro que esto es un oscuro riesgo: no volver, no volverse en uno que se dejara siendo otro.
IV
Vuelvo a la necesidad de ver el rostro;
rostro mío horrorizado,
desnudado por los años
evidentemente incomprendido.
Soy un envase que frente al espejo no se encuentra.
Celebrarse por el cuerpo que se deja, si la muerte es solo ausencia corpórea, manifiesta un espíritu nuevo que, valiente, resbalara otra muerte. La condena es la sustitución, el reemplazo, el olvido; la costumbre de dejarnos en el abismo de lo imprescindible.
V
Necesito armar los restos del cristal;
ubicar los ojos que me miran,
hallar la boca que me calla,
pegar la piel a la caricia.
Dialogo con un rostro que me acusa,
me renuncia.
Nunca pierdo la ilusión
de no volver a verme.
La muerte regala olvido- desesperación. Anuda la memoria al monumento. Instaura un silencio que expande mas silencio y disgrega la apoteosis de los héroes: concesión de tiempo en el que todos expiramos a nadie.
EPILOGOS CONFESIONALES
"de tantos desgarros voy a coserme otro cuerpo para dar de comer
a mi sombra
también afuera de las venas hace sangre" (Hugo Mujica)
La Muerte
Sobrevivirme en ella;
volverme muerte por mis muertos;
por los rostros que me vienen
por los hálitos que me van.
Creer en lo no necesario: la inmortalidad,
no creer que lo mortal esta esperando.
La libertad
Libre; cuando la palabra me supera
excede la capacidad de involucrarme:
con el afuera,
con mis otros
con mi voz y mis fracasos.
Mi libertad: sensación de prescindible.
todo seguirá igual: sin mí.
No escribo mas estas palabras
tengo la libertad de ser ausencia.
La Palabra
Antes de ser palabra,
la palabra debe ser exilio:
ruptura - escondite - dolor.
Hacerme dolor,
esconderme del exilio,
romperme de palabras.
abarcarme en las líneas tribuladas.
Antes de ser exilio
ser debo en mis palabras.
La tristeza
Anuncia el llanto,
el fatuo dolor de no pertenecerme.
Consentida la noche
hace del alma un rincón pequeño.
Todo me llora
en el invasivo recuerdo de las sombras.
El Amor
Desarmado me entrego;
a sus bocanadas de ternura,
a los estragos de sus manos en mi piel,
a la urgencia inasible del sexo.
A todo. Simplemente.
Sin prisa me recreo en tubos de ensayo;
simbiosis de ajetreos.
Vislumbro que llega a tiempo como el rocío
y me paralizo ante el viento tibio de sus promesas.
La soledad
Caer a vacío, ser vacío;
circundando la noche y sus abismos,
los filos de la nada y sus contenidos.
Verme menos cerca que en mis lejanías
seco oasis.
Todo es quietud; menos la ausencia de mis ojos
que buscan...que buscan.
Los otros
Ahorra mi garganta un grito;
el llamado.
Es a los otros, aquellos otros;
estos vientos huracanados,
estas lágrimas que me suicidaron
e ingenuas cayeron al vacío.
Mis otros. Ya poco importan.
no los buscare
ellos saben donde hallarme.
El Ser
Todo de mí o nada,
nada es todo lo que tengo de mí.
Soy tantos en ninguno;
tanta definición inconclusa,
tanto punto final,
tanta pregunta irresponsable,
tanto cielo descubierto
hasta el infinito de lo que busco ser.
La voz
Qué no sea un instante
sino la vida.
Qué no sea del viento
ni oportuna mensajera del error.
Qué sea voz por ser voz
Siempre;
amante intensa del silencio.
Yo sobre Yo
Enmudecerme,
obviar los gestos,
solo amable cortesía.
Esquivar miradas;
demostrándome que existo en mi.
Dejo mi figura en un contorno;
limites de fantasmas enjaulado.
Yo sobre yo:
un silencioso grito desesperado.
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