Hugo Mújica “La ausencia de Dios es el nombre de Dios, toda palabra es palabra de lo ausente”
Hugo Mújica nació en Buenos Aires. Estudio Antropología Filosófica, Bellas Artes, Filosofía y Teología, estudios que se reflejan en su obra como prolongación de esa palabra que dice expulsar y siento que lo elevan más allá de lo dicho; decirse en trascendencia.
Entrevistarlo fue un deseo que pensé, hasta ese viernes lluvioso de junio en que se concreto la entrevista, no iba a cumplir nunca. Más tarde, casi cuando es tan tarde que uno empieza a ser otro, me incline ante el silencio finito de la noche y abrace el final de un poema de Mújica: “hay una fe que es absoluta:/una fe sin esperanzas.
¿Cuáles fueron sus primeras impresiones al descubrirse escritor? Este descubrirse, ¿fue propio o por sus lectores?En realidad empiezo a escribir durante los siete años que vivo apartado y en silencio en un monasterio. No tenia lectores ni nada exterior. Escritor me descubrí como aquel que deja hablarse la realidad en uno. Fue casi sorprenderme que eso estuviera pasando y que yo era el lugar de que pase.
¿Sorpresa y satisfacción en ese descubrimiento?
Yo diría que lo tome casi con naturalidad, no se sí con satisfacción, digo me gusta y cada vez me gusta más, era como el estado natural de las cosas.
“Como una flor/en la grieta de un muro
/como esa flor/todo,/en apenas todo.
¿Cree en la utilidad de la poesía?
No. Creo que de Kant en adelante queda clarísimo que el arte es precisamente aquellos que es una finalidad en sí y no una mediación a otra cosa. O como decía el maestro Hecker; “las cosas de Dios son aquellas sin por qué ni para qué: lo inútil”.
Mújica considera que el arte acontece cuando uno se sustrae de la linealidad utilitaria de la realidad ya eso hace que todo sea instrumento o herramienta y no que algo sea en si mismo y el arte es aquello que se instaura como su propia ley.
“Cordero herido
bebiendo adioses a orillas de cada naufrago
todos necesitan de quien morirse”.
¿Considera, como los poetas surrealistas, qué el cruce creativo con la locura o con sustancias es significante para crear?No, para mí el surrealismo seguía siendo una forma de subjetividad ya que precisamente era la idea que uno es el que causa el acto creador en uno a través de una mediación, como podía ser el opio o cualquier otra cosa. Para mí, más que nada, la posibilidad creativa es la desubjetivación, es decir; salirse del lugar del sujeto y ahí entregar ese lugar para que pase lo que no es uno.
¿La palabra es un arma de rescate?
Si te planteas la palabra como arma seguís dependiendo del poder. El hecho es recuperar la gratuidad de la palabra en todo caso y poder seguir criticando, dialogando y preocupándote del otro o abrir un espacio nuevo; ese juego que tiene Nieztche del camello que carga con la ley y el león que se rebela, pero hasta que el león no muere y deja de identificarse por su enemigo no nace el niño, que es el creador.
No me preocupa tanto que esta pasando, lo que me preocupa es abrir espacios donde pasen otras cosas.
“Cada uno lava en uno la casa del otro,
el imposible hogar de cada exiliado,
cada uno sirve su cuerpo en el banquete de la espera”
Alguna vez leí sobre su conciencia de elite; ¿qué concepto tiene sobre su lector?
Los tengo equivocados; algunos me leen porque me vieron por televisión. Los tengo acertados.
A mí lo que me sorprende de un lector es encontrarme viviendo en ellos; eso es para mí lo impresionante, que por ahí de lo que yo dije hicieron otra cosa, pero la idea de que un libro me lleve a prolongarme y de repente que me hablen desde mí a mí. Eso me impresiona mucho, ahí se ve de lo que es capaz una palabra: volverse vida en otro.
La década del sesenta de un desarrollo artístico y creativo que no ha vuelto a repetirse lo encontró en GREENVICHE VILLAGE, ¿qué le dejo esa vivencia?
La década del sesenta es un invento de la década del setenta. Voy a contarte una anécdota, cuando vivía en GREENVICHE VILLAGE decía –quiero tener amigos hippies- , me parecía que tenia que tenerlos. Un día hablando con alguien me dice – porque ustedes los hippies – y ahí me di cuenta que yo era uno. En la vida cotidiana me toco vivir eso, pero miras para atrás y pensas otras cosas. No se que me dejo la década del sesenta.
“en la charca/se dicen las estrellas/la tierra/sube/incienso de tierra/la palabra escucha/la noche/y todo nombra/todo/en un pájaro tardío”
Conoció al monje, escritor y poeta religioso THOMAS MERTON , considerado uno de los poetas más importantes de EE.UU. ¿Qué significo para usted esa relación? Fue un lenguaje para mí, encontrar que se podía ser contemporáneo en cosas perennes o antiguas. Fue la posibilidad de encontrar lo que hubiera rechazado en otro lenguaje, en un lenguaje coetáneo a mí y la idea de la búsqueda; era un tipo que viajaba, el viaje donde termina muriendo escribe: “espero que este viaje resuelva mi identidad”, es alguien que nunca se dio por encontrado. A mí lo que más me aparece de él fue esa constante y perenne búsqueda, esa idea de la vida como camino que era tan de los beats.
“me arrojaron a la arena de un circo/de gradas vacías, me arrojaron a las fieras/en una arena sin fieras/me condenaron a muerte/y me olvidaron atado al borde de la vida”
¿Qué concepción tiene del destino?
Yo no creo en el destino, si entendemos que el destino implica que uno no tiene libertad, que haga lo que haga se va a cumplir inexorable, eso creo.
Una cita suya afirma que “si el equilibrio humano fuera estable, la historia no existiría”, para seguir el concepto con “hablar de nuestro propio tiempo es casi imposible, vivimos mas inmersos en el de lo que creemos: somos más protagonistas y cómplices de lo que quisiéramos ser”.¿Ser protagonistas es, constituirnos en cómplices?
Yo veo que uno no necesariamente es cómplice, puede aparecer como alternativa abrir otros espacios. Creo que somos una generación en transición, una cultura que ya no dispensa vida y una nueva que todavía no apareció. Quizás a nosotros nos toque simplemente sostener la intemperie pero sin querer taparla; seamos testigos de nada. Lo importante es seguir siendo testigos.
No tener adónde ir/no es que nadie nos espere/es no tener donde regresar:/la muerte es nacer afuera”
Mirando hacia atrás donde el recuerdo nace vida o la vida se nace desde el recuerdo cuenta que en la década del ochenta volvió a Estados Unidos, después de muchos años de ausencia y se tiro en la cama de un lugar en el que solía parar y “así como esas cosas que hace el cuerpo sin uno, me arrodille y dije: “yo te bendigo vida” y sintió que aceptaba todo lo pasado y todo lo que venia. “Fue un momento como empezar la vida, en adelante estaba todo bien”.
¿Fue cómo un quiebre?
No; un nudo más que un quiebre. Era ahí anudar todo, quebrarlo era estar sin ese momento en que en alguna forma uno congrega todo.
Algo recurrente en su poética es la ausencia, ¿podemos albergar una ausencia?
Es algo de lo que te decía anteriormente; podemos estar a la intemperie pero como testigos. La ausencia, el hecho es sostenerla como ausencia y no como nada. La ausencia siempre es huella de algo, sino no la registraríamos como ausente.
De sus viajes, ¿qué cosas rescata?
A mi me sirve viajar para sostener las proporciones, es una forma de relativizar lo que a nosotros nos parece qué es este país. Después vas y es también en otro y te das cuenta que peleabas con un molino de viento.
Creo que el viajar, el cambiar de gente, aún de lectores; ir y ver cuáles son los planteos que se hacen allá, todo eso te da como una ductibilidad de no involucrarte en demasía con nada.
Todo hombre/es el resto de un suicidio,/la gota en el cáliz/que no bebimos hasta el vacío.
¿Considera que Dios esta ausente mediante su nombre, como cita Edmond Jabes?, ¿Cómo hacerlo presente desde su ausencia?
La ausencia de Dios es el nombre de Dios, toda palabra es palabra de lo ausente. Cuando nombramos nos separamos de lo que nombramos curiosamente para tener lo que nombramos; lo que tenemos nombrando es lo que perdemos, es así un poco el juego siempre.
Dios es aquello que nombramos.
Si lo tenemos que hacer presente es una pregunta absolutamente moderna que yo no me haría, en todo caso El se hace presente. Eso es muy nuestro; que nosotros hacemos todo, incluso a Dios.
Dios es precisamente la alteridad, lo que no logramos captar.
Cada uno cava en uno la casa del otro/el imposible hogar de cada exiliado/cada uno sirve sobre su cuerpo/el banquete de la espera.
¿Hugo Mújica tiene una opinión de Hugo Mújica?
Yo me tengo cariño. Hace tiempo saque una nota que tuvo mucha repercusión; en ella decía que empezaba a nacer el viejo en mí y que me agradaba, que lo miraba con ternura, como diciendo ahí llego el abuelito.
Yo tengo una mirada, no diría complaciente, pero si de reconocer la finitud en la que uno esta metido y tampoco creerme que uno tiene que ser no se qué.
Diría que tengo una mirada compasiva y que no me siento acabado, entonces no tengo un criterio para mi, mas bien trato de sostener la sorpresa sobre mí mismo, que es otra de las cosas que te da el viajar; esa sensación de que llegas a lugares donde no te conocen y por eso mismo podes imaginar comportamientos, como que no esta la expectativa de que repitas el que ya te conocen. Te das nuevos espacios para imaginarte. El otro espera lo que aparece, podes imaginar todo el tiempo.
Actualmente esta preparando un libro nuevo de poesía que saldrá a fin de año con el titulo “ y siempre después el viento”.
Como cuando el silencio canta todas esas palabras que no pueden ser mas silencio, como el agua que caía buscando su destino tierra; salí de la entrevista con la absoluta imposibilidad de pensar la realidad en mí, salí siendo un indefenso sujeto ante la sabiduría de un hombre que muta palabra, reflexiona vida e indudablemente reinventa en poesía.
Nota: Las citas poéticas fueron seleccionadas entre los siguientes libros del autor: Para Albergar una Ausencia, Noche Abierta, Sonata de Violoncello y lilas, Sed Adentro, Responsoriales, Brasa Blanca, Escritos en un Reflejo.
Nota 1: Hugo Mújica es también autor de Flecha de la Niebla (ensayo).La Palabra Inicial (ensayo). Otras Lluvias (Antología poética), Kyrie Eleison (ensayo) Kenosis (ensayo), Solemne y mesurado (cuentos), Paraíso Vacío (poética), Para albergar una ausencia (poética)
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